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La encrucijada de Al Shabab: guardar lealtad a Al Qaeda o unirse al EI

La encrucijada de Al Shabab: guardar lealtad a Al Qaeda o unirse al EI

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Tras mostrar nuevamente al mundo su brutalidad, al asesinar esta vez a 148 personas en una universidad keniana, el grupo yihadista somalí Al Shabab se encuentra inmerso en una disputa interna sobre su rumbo: ¿guardar lealtad a Al Qaeda o unirse al Estado Islámico (EI)?

La encrucijada de Al Shabab: guardar lealtad a Al Qaeda o unirse al EI
Lunes 13 de abril de 2015 08:52
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Al Shabab se adhirió formalmente a Al Qaeda en 2012, pero ambas organizaciones terroristas se han distanciado en los últimos meses, especialmente desde la muerte del anterior líder del grupo somalí, Ahmed Abdi Godane, en un ataque aéreo estadounidense el pasado septiembre.

"El nuevo jefe, Ahmed Omar, conocido como Abu Ubaidah, no es respetado en Al Qaeda y esto está creando discrepancias internas", explica a Efe el analista del International Crisis Group (ICG) para Somalia, Abdullahi Abdille.

La debilidad de Al Shabab es un secreto a voces, tras la pérdida de numerosos territorios que controlaba en Somalia y la muerte de altos cargos en operaciones conjuntas de la misión de la Unión Africana en Somalia (AMISON), el Ejercito somalí y drones estadounidense.

Por eso, la única posibilidad que tiene ahora para seguir sembrando el terror es matar a civiles.

"Con el atentado en la Universidad de Garissa intentan desmentir esta debilidad y recordar a la comunidad internacional que siguen activos", indica a Efe el analista somalí Zakaria Yusuf, que insiste en que esta masacre no significa que Al Shabab esté ahora más fuerte que nunca.

Ante las dificultades que atraviesa el grupo, un sector -apoyado especialmente por los yihadistas más jóvenes- apuesta por jurar lealtad al EI, especialmente ahora tras la masacre, como herramienta de propaganda para reafirmarse internacionalmente.

La milicia somalí ya ha empezado a copiar la estrategia con la que tanta resonancia internacional ha conseguido el EI: difundir vídeos de sus matanzas más crueles.

Recientemente difundió unas duras imágenes del ataque que perpetró el año pasado en la localidad de Mpeketoni, donde asesinaron a 50 personas.

Al Shabab sabe que es bienvenido en el EI, ya que poco antes del atentado en Garissa, un emisario del EI, Hamil al Bushra, hizo pública una invitación a sus "hermanos en Somalia" para que se unieran a su lucha yihadista.

A pesar de que algunas facciones consideran que la adhesión reforzaría la potencialidad de su amenaza, sus líderes todavía se resisten a dar la espalda a sus orígenes: Al Qaeda.

"Aunque existe la posibilidad de que Al Shabab se una al EI, parece que los actuales líderes siguen manteniéndose fieles a Al Qaeda, quien les entrenó para convertirlos en terroristas", apunta Yusuf.

Las diferencias internas en Al Shabab son un reflejo de la pugna entre Al Qaeda y el EI, dos grupos que comparten ideología pero que se encuentran enfrentados por la hegemonía en el yihadismo global.

La adhesión del Al Shabab sería un logro importante para el EI, que apuesta por una estrategia de expansión internacional.

En África, ya está presente en la mayor potencia económica del continente, Nigeria, después de que Boko Haram les jurara lealtad el mes pasado.

Contar con el apoyo de Al Shabab, grupo con presencia en el este de África, le permitiría ejercer control sobre esta región clave, y supondría una victoria frente a Al Qaeda en su particular lucha por el protagonismo del terror.

"Al Shabab no está solo dentro de las fronteras somalís. Es una fuerza regional", destaca Abdille, que lamenta que Gobiernos como el keniano se empeñen en externalizar el terrorismo y achacarlo a Somalia.

Precisamente, la reciente masacre en Garissa puso en evidencia que los yihadistas crecen en casa: uno de los atacantes en el campus universitario era un prometedor abogado keniano, hijo de un miembro del Gobierno regional.

"En Garissa actuaron extremistas locales, al igual que en otros atentados anteriores en suelo keniano", añade Abdille, que insiste en que "no asumir que Al Shabab está en toda la región es un grave error para poder combatir el terrorismo".

Mientras Al Shabab decide sobre su futuro y trata de mostrarse fuerte ante la comunidad internacional, los expertos no descartan nuevos atentados contra civiles, el objetivo más barato y fácil para sembrar el terror.

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pn/kf 

EFE

 

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