Mientras se estima que entrará a la atmósfera terrestre este fin de semana, aún se desconoce si sus restos se desintegrarán al hacerlo o si impactarán contra la superficie del planeta, y en caso de que ocurra esto último, en qué punto sucederá.
El cohete chino Long March 5B avanza sin control hacia la Tierra a una velocidad de 27.600 kilómetros por hora.
Mientras se estima que entrará a la atmósfera terrestre este fin de semana, aún se desconoce si sus restos se desintegrarán al hacerlo o si impactarán contra la superficie del planeta, y en caso de que ocurra esto último, en qué punto sucederá.
Aunque no se descarta que pueda ser en una zona habitada, los expertos coinciden en que el riesgo de que alguien salga lastimado es "extremadamente improbable" y llaman a la calma.
Será uno de los reingresos no controlados más grandes de los últimos 30 años.
La preocupación
La mayor parte del aparato debería quedar calcinada cuando haga su última inmersión en la atmósfera, consideran los expertos.
Pero siempre existe la posibilidad de que los metales con altos puntos de fusión y otros materiales resistentes sobrevivan hasta la superficie.
El Pentágono estadounidense es una de las entidades estatales que rastrea al cohete chino. El Departamento de Defensa de EE.UU. cree el impacto puede producirse "alrededor del 8 de mayo" y descartó de momento derribarlo.
Mike Howard, portavoz de la oficina gubernamental, señaló este jueves que el Comando Espacial monitorea la trayectoria del cohete.
Sin embargo, reconoció que ni siquiera se conoce el punto exacto de entrada a la atmósfera y que su avance no tiene control.
Por su parte, Jonathan McDowell, experto del Centro de Astrofísica de la Universidad de Harvard, indicó que la situación tampoco significa " el fin de los días".
"No creo que la gente deba tomar precauciones. El riesgo de que haya algún daño o de que golpee a alguien es bastante pequeño. No es despreciable, podría suceder, pero el riesgo de que te impacte es increíblemente pequeño", afirmó el investigador a la cadena CNN el miércoles.
McDowell explicó que señalar hacia dónde pueden dirigirse los restos del cohere que sobrevivan la entrada a la atmósfera es casi imposible debido a la velocidad a la que viaja.
La tierra está rodeada de satélites, pero también de basura espacial.
Sin embargo, hace un año sucedió algo similar con otro cohete. Una de sus tuberías apareció en el suelo en Costa de Marfil, África.
Ante la inquietud despertada en la comunidad internacional, un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino recordó que dejar que un cohete se autodestruya al entrar en la atmósfera es "una práctica internacional común".
"China está prestando mucha atención a la etapa final del reingreso del cohete a la atmósfera" afirmó.
Y es que las posibilidades de que alguien realmente sea alcanzado por un trozo de basura espacial son muy pequeñas.
Sobre todo porque gran parte de la superficie de la Tierra está cubierta por océanos y porque esa parte que es tierra incluye enormes áreas que están deshabitadas.
"Si quiere apostar sobre dónde aterrizará algo en la Tierra, apueste por el Pacífico, porque el Pacífico es la parte más extensa de la Tierra. Es así de simple", añadió McDowell.
Además, la posible zona de caída está restringida por la trayectoria del cohete. Se mueve con una inclinación hacia el ecuador de unos 41,5 grados.
Esto significa que ya es posible excluir que los escombros puedan caer más al norte que aproximadamente 41,5 grados de latitud norte y más al sur que 41,5 grados de latitud sur.
Detalles
China utilizó el cohete para poner en órbita parte de su estación espacial la semana pasada.
La estación espacial del gigante asiático se ensamblará a partir de varios módulos que se enviarán en diferentes momentos.
Y espera tenerla en pleno funcionamiento a fines de 2022.
Y aunque la mayoría de los desechos espaciales se queman en la atmósfera, el tamaño del cohete de 22 toneladas es lo que provoca preocupación.
China dio un paso más en su ambicioso programa espacial con el lanzamiento del módulo Tianhe.
China pide calma
Analistas de China minimizaron las preocupaciones sobre los restos del cohete espacial.
"Es muy probable que los escombros del cohete que puso en órbita la primera sección de la estación espacial china caigan en aguas internacionales y la gente no debe preocuparse", dijeron analistas espaciales del gigante asiático en un comunicado el miércoles.
Los expertos chinos señalan que es común que restos de lanzamientos de cohetes caigan de regreso a la Tierra y que la afirmación del Pentágono de que los escombros de la aeronave regresan "fuera de control" y "pueden causar daños si impactan en áreas habitadas" no son más que una exageración.
Wang Ya'nan, editor jefe de la revista china Aerospace Knowledge, señaló que las autoridades espaciales de China consideraron cuidadosamente el desarrollo de la caída de los restos de cohetes desde la fase inicial de diseño y la elección del sitio de lanzamiento. También las características del despegue y su trayectoria.
"La mayoría de los escombros se quemarán durante el reingreso a la atmósfera de la Tierra, dejando solo una porción muy pequeña que puede caer al suelo, que potencialmente aterrizará en áreas alejadas de las actividades humanas o en el océano", afirmó.
Al igual que otros expertos de su país, Wang sostiene que, como el dispositivo aeroespacial de China está hecho principalmente de materiales livianos, la mayor parte se quemará fácilmente con el aire denso en la atmósfera después de su reentrada a alta velocidad.
Para tener lista su estación espacial en las fechas previstas, China estableció una apretada agenda de 11 lanzamientos para los próximos dos años.
La estación en forma de T está pensada para estar operativa durante 10 años y su vida puede extenderse a 15 años con la reparación y el mantenimiento adecuados, según la Academia de Tecnología Espacial de China.
Se espera que sea la única estación operativa en órbita abierta a socios extranjeros tras el retiro de la Estación Espacial Internacional.
PURANOTICIA // BBC MUNDO