Como ocurre cada dos años, en los comicios de este 3 de noviembre también estuvieron en disputa los 470 escaños de la Cámara de Representantes y un tercio de los 100 escaños del Senado.
Mientras el mundo se pregunta si Donald Trump conseguirá un segundo mandato como presidente de Estados Unidos o si será sustituido por su rival demócrata, Joe Biden, otras dos batallas electorales se siguen desarrollando en ese país: las que definen quién controlará las cámaras del Congreso de ese país.
Como ocurre cada dos años, en los comicios de este 3 de noviembre también estuvieron en disputa los 470 escaños de la Cámara de Representantes y un tercio de los 100 escaños del Senado.
De la forma como quede conformado el Poder Legislativo dependerá en gran medida el margen de maniobra que tendrá para gobernar quien ocupe la Casa Blanca.
"Cuando los padres fundadores crearon el Congreso, la Presidencia y los tribunales buscaron que ninguna de estas tres ramas de gobierno tuviera supremacía sobre las demás sino que fueran separadas pero iguales", explica Kathryn Dunn Tenpas, investigadora del Brookings Institution y del Centro Miller de la Universidad de Virginia, a BBC Mundo.
"Cada rama no solamente obtuvo poderes particulares sino además la facultad para controlar el poder de los otros, de tal manera que ninguno pueda dominar", agrega.
Aunque cuando Trump llegó a la presidencia los republicanos controlaban todo el Congreso, en las elecciones de mitad de periodo de 2018 el Partido Demócrata logró una amplia mayoría en la Cámara de Representantes mientras el Senado se mantuvo favorable al gobierno.
Pero, ¿cómo quedará conformado el Parlamento que empezará a legislar en enero de 2021?
Avance republicano
El Partido Demócrata llegó a los comicios de esta semana con 232 congresistas en la Cámara de Representantes, lo que le otorgaba una holgada mayoría sobre los republicanos que contaban con 197.
La republicana María Elvira Salazar logró salir electa al Congreso por Miami.
De acuerdo con los resultados parciales de los comicios de este 3 de noviembre, hasta este miércoles por la tarde los demócratas lideraban la carrera por la Cámara de Representantes con 199 congresistas electos mientras los republicanos sumaban 188, cuando aún faltaban 83 puestos por definir.
Aunque la mayor parte de las previsiones preelectorales como los análisis postelectorales estiman que los demócratas mantendrán el control de esta cámara, estos resultados parciales ya dan cuenta de una pérdida de tres escaños por parte del partido de Biden.
Entre sus retrocesos destaca la derrota en Miami de la congresista Donna Shalala, quien fue secretaria de Salud durante el gobierno de Bill Clinton, ante la periodista de origen cubano María Elvira Salazar.
El control de la Cámara de Representantes es fundamental para cualquier gobierno pues sobre esta recae la iniciativa legislativa, goza de amplios poderes de investigación y, muy importante, es la responsable de dar inicio a cualquier proceso de impeachment.
El Senado en vilo
El Partido Republicano controla la Cámara Alta desde las elecciones de mitad de periodo de 2014.
Durante la última legislatura ha mantenido allí una mayoría de 53 versus 47 demócratas -incluyendo a los senadores independientes Bernie Sanders (Vermont) y Angus King (Maine)-.
John Hickenlooper logró un puesto en el Senado para los demócratas por Arizona.
Antes de las elecciones de este martes, el Partido Demócrata tenía grandes expectativas sobre la posibilidad de arrebatarle a los republicanos el control de esta cámara.
Aunque no se trata de un objetivo que esté completamente fuera de su alcance, los resultados electorales parciales sugieren que será difícil que lo consigan.
Hasta este miércoles por la tarde, los demócratas sumaban 47 senadores frente a 48 republicanos, cuando aún faltaban cinco puestos por definir.
Esas cifras incluyen a John Hickenlooper, el nuevo senador que los demócratas sumaron por Colorado, y a Tommy Tuberville, la nueva incorporación de los republicanos en Alabama.
Las tendencias del conteo apuntaban hacia un posible triunfo demócrata en Arizona y favorecían a los republicanos en Alaska.
Así, la definición del control de la Cámara Alta quedaría reducida a lo que ocurra en Michigan, en Carolina del Norte y en los dos puestos en juego por Georgia, uno de los cuales tendrá que definirse el próximo 5 de enero en una segunda vuelta entre el demócrata Raphael Warnock y la republicana Kelly Loeffler.
Pero los estrechos márgenes de diferencia que existían este miércoles por la tarde entre los competidores por estos escaños hacían imprevisibles sus resultados.
¿Por qué es tan importante el Senado?
El balance final de la carrera por el Senado será fundamental para el próximo gobierno, especialmente debido a la fuerte polarización que ha marcado la política estadounidense durante la última década.
La Cámara Alta es fundamental para la aprobación de los presupuestos y de toda nueva legislación; tiene amplios poderes de investigación y es la encargada de enjuiciar y remover al presidente cuando la cámara baja eleva un impeachment.
Además, es responsable de confirmar a los nominados por el presidente para ocupar puestos altos y medios en el gobierno, así como a los jueces que integran los tribunales federales y la Corte Suprema de Justicia.
De hecho, en los últimos cuatro años fue el control del Senado el que le permitió a Trump nombrar tres magistrados para consolidar en la Corte Suprema de Justicia una mayoría de seis jueces conservadores versus tres liberales.
Gracias a la mayoría republicana en el Congreso, Trump logró llevar a la Corte Suprema a la jueza conservadora Amy Coney Barrett.
Erick Schickler, profesor de Ciencia Política de la Universidad de California Berkeley, considera que en caso de una victoria electoral de Biden para los demócratas será muy importante tener también el control del Senado.
"Si Biden gana pero los republicanos conservan el Senado, él no podrá llevar adelante la mayor parte de sus propuestas. Podrá hacer muy poco debido a que los partidos están muy divididos. Si surge alguna vacante en la Corte Suprema no podrá llenarla y tendrá muchas dificultades para nombrar jueces en las cortes inferiores. Se hallará atascado", dice.
Del mismo modo, en el escenario de una victoria de Trump pero con un Senado controlado por los demócratas, el Ejecutivo estadounidense podrá hallarse en aprietos pues, incluso, podría surgir nuevamente la amenaza de un juicio político en su contra.
"Creo que es justo creer que en ese escenario podría haber otro intento de impeachment contra el presidente", dice Gregory Wawro, jefe del departamento de Ciencia Política de la Universidad de Columbia, a BBC Mundo.
"Parece que él les ha dado bastante material que ellos podrían usar para un proceso de este tipo. Sin embargo, creo que igual sería difícil que le condenen pues para eso hace falta contar con dos tercios del Senado y los demócratas no dispondrían de esos votos", advierte.
PURANOTICIA // BBC MUNDO