
Los detenidos son tres libios y dos argelinos que viajaban en el barco que se hundió a unas quince millas de las costas de Libia y del que fueron rescatadas 373 personas.
La Policía italiana ha arrestado a cinco presuntos traficantes de inmigrantes ilegales a los que se les relaciona con el naufragio en el que murieron al menos 26 personas el pasado 5 de agosto frente a las costas de Libia, informó hoy el Ministerio del Interior italiano.
Si bien inicialmente la cifra confirmada de los fallecidos era de 25, el Ministerio italiano matizó que a bordo del barco de la Marina irlandesa "Lé Niamh", que transportó a los supervivientes hasta Sicilia, iban 26 cadáveres, entre ellos, los de tres menores.
Los detenidos son tres libios y dos argelinos que viajaban en el barco que se hundió a unas quince millas de las costas de Libia (unos 24 kilómetros) y del que fueron rescatadas 373 personas.
A los presuntos traficantes se les acusa de los delitos de favorecimiento a la inmigración clandestina y de homicidio agravado múltiple.
Según el testimonio de los salvados, referido por la Policía de Palermo, cada uno de los presuntos criminales tenía un papel asignado: uno de ellos era el comandante, dos sus ayudantes, y los otros dos se ocupaban de controlar a los inmigrantes y de "impedirles que se movieran utilizando incluso la violencia".
Además, los rescatados relataron que el viaje le habría costado entre 1.200 dólares (1.097 euros) y 1.800 dólares (1.646 euros) por persona.
El precio del billete, siempre según estos testimonios, dependía de condiciones como la posibilidad de disponer de un chaleco salvavidas o de viajar en las zonas superiores o en las bodegas de la embarcación.
En el suceso sobrevivieron 373 personas, de las cuales 6 están en un hospital de Lampedusa y las otras 367 reciben asistencia desde ayer en Palermo (Sicilia).
Según el relato de los rescatados, en la embarcación iban entre 400 y 600 personas, aunque la organización Médicos Sin Fronteras, que participó en el rescate, pidió cautela al hablar de cifras.
Tras la tragedia, la Comisión Europea (CE) solicitó una respuesta global a la crisis migratoria del Mediterráneo, conjunta con los países de origen y tránsito, y valentía para llevar a la práctica las medidas que ya se han acordado a escala comunitaria.
"Es muy fácil llorar delante de la televisión cuando se ven estas tragedias, pero es más difícil levantarse y asumir responsabilidades", señalaron en un comunicado conjunto el vicepresidente primero de la CE, Frans Timmermans; la Alta Representante de la UE, Federica Mogherini, y el comisario europeo de Inmigración, Dimitris Avramopulos.
Pn/fg
EFE.