El religioso aseguró en su primera homilía que no tendrá un rol político y que la Iglesia no tiene derecho a opinar sobre temas administrativos.
Después que el miércoles pasado la Nunciatura Apostólica de Chile anunciara que el papa Francisco nombraba como nuevo arzobispo de Santiago al monseñor Fernando Chomalí, la mañana de este sábado, en el marco de una misa celebrada en la Catedral Metropolitana de Santiago a la que asistieron numerosas figuras del mundo político, el religioso asumió su nuevo cargo.
Y fue en su primera homilía que Chomalí aclaró cuál será su rol. “No me pregunten sobre el plebiscito de mañana, no tenemos derecho a decir por qué opción tomar. No nos corresponde, pero sí nos corresponde preguntarnos cuál es el mejor camino para el futuro de Chile, cuáles son aquellos valores que trascienden de tal manera que las personas puedan vivir en paz, puedan tener una educación de calidad y los padres puedan elegir donde educar a sus hijos. La libertad religiosa, la libertad para emprender, la seguridad de acuerdo con un estado de derecho”, explicó Chomalí en su homilía.
Según el nuevo arzobispo, no tendrá un rol político y llamó a que no le pregunten por leyes o decisiones administrativas. Sin embargo, el religioso sí se dio el tiempo para realizar una crítica a la sociedad y a derechos sociales que garantizan la calidad de vida de las personas.
Al mismo tiempo, Chomalí aclaró que su nombramiento no tiene tintes políticos. “Muchos, lamentablemente, han visto este nombramiento como un nombramiento con tinte político. No, la iglesia no se mete en política, no es lo suyo. No tenemos soluciones técnicas a los problemas. Me han preguntado, por ejemplo, qué opino yo acerca del litio. Yo del litio no sé nada”, enfatizó el arzobispo.
Fernando Chomalí también se refirió a los cambios sociales como la reforma a las pensiones, a propósito de la gran cantidad de adultos mayores que viven abandonados en hogares y que perciben pensiones que no les alcanzan.
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