Las cuestionadas elecciones en Venezuela y los posteriores enfrentamientos entre la policía de Maduro y los manifestantes que critican sus resultados, podrían impactar en la izquierda en Chile, tanto en el proceso eleccionario del 27 de octubre como en el del próximo año.
Fue una semana difícil para la coalición de gobierno. Mientras la situación de Venezuela ha permitido que las derechas en Chile tomen un respiro tras el proceso de inscripción de candidaturas, la tensión en la agenda pública se concentró nuevamente en el oficialismo.
La postura del Partido Comunista, de distanciarse de la posición de Gobierno respecto de la reelección de Nicolás Maduro pese a las serias dudas expresadas por buena parte del mundo por la poca transparencia del proceso y la información de la oposición que estuvo encima del conteo de votos debido a las trabas podría marcar un antes y un después en el posicionamiento de los partidos de Gobierno de cara a las elecciones municipales y presidenciales.
No es la primera vez que hay buena distancia entre el PC y el resto de la coalición de Gobierno. Este año ha sucedido frente al caso Ojeda, el exalcalde Jadue, la operación policial en Villa Francia y la remoción de Juan Andrés Lagos del Ministerio del Interior. Por otra parte, a diferencia de la coalición, el presidente Gabriel Boric como figura política logró un reconocimiento transversal a escala mundial por la postura de Chile en esta materia.
Aunque el Partido Comunista tiene más presencia de autoridades en otras zonas del país, en la Región de Valparaíso algunas tendrán que definir pronto su posición política frente a un tema que nos acompañará por todo el año, al menos, y probablemente más.
Hace unos días se supo de una acalorada discusión en la Sala de la Cámara de Diputados a propósito de la solicitud que realizó el comité de Evópoli para conceder un minuto de silencio por los fallecidos en Venezuela tras la elección del domingo. La petición había sido hecha en el chat de WhatsApp de los representantes de comités, pero el jefe de la bancada del Partido Comunista y diputado por la Quinta Región, Luis Cuello, no se pronunció, lo que fue interpretado por el secretario de la Cámara, Miguel Landeros, como una negativa, lo que habría impedido que el minuto de silencio se realizara el miércoles pasado, polémica que terminó afectando a la presidenta de la Cámara, Karol Cariola, también comunista, quien estaría interesada en ser parlamentaria de la zona. Algo similar ocurrió en la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, cuando según relató su presidente, Vlado Mirosevic, se intentó reunir la unanimidad de los integrantes de dicha instancia para emitir una declaración en contra de la situación, lo que no fue posible debido a la oposición de la diputada Carmen Hertz (PC).
Las posturas o declaraciones que hagan las autoridades del PC a propósito de este tema serán clave en la unidad que necesita la izquierda este año y el próximo. En el caso de la Región de Valparaíso, tanto Cuello como otras figuras interesadas en ser parlamentarios en la zona, como Cariola -y la delegada presidencial regional, Sofía González, aunque por el cargo es difícil que se pronuncie respecto de estos temas-, podría llegar a marcar o un quiebre dentro de las filas comunistas si separan aguas, o una complicación en las tensas relaciones que ya tiene el Gobierno con el PC. La pregunta es si eso les impactará en las elecciones a ellos como partido, o al gobierno en su totalidad.
Debido a la cercanía de estas diferencias con las elecciones que sirven de piso para la carrera presidencial, y al considerar la importancia, rigidez y distancia de las posturas del comunismo y del gobierno en un tema que durará, probablemente, varios meses, Puranoticia.cl buscó analizar con expertos qué implicancias pueden tener estas definiciones para las elecciones que están a la vuelta de la esquina.
“Estamos en un año electoral y seguiremos el próximo con la presidencial. Cuando la aprobación del gobierno es de un 27% y la desaprobación de un 61%, según la encuesta CEP; los partidos políticos van retomando sus agendas con el propósito de mantener o crecer en candidaturas electas y sello identitario. Por este motivo, es tarea difícil para un ejecutivo mantener unión de las izquierdas en la coalición durante dos años electorales”, dice Angélica Pacheco, doctora y magíster en Ciencias Políticas y académica de la Escuela de Arquitectura, Comunicaciones y Diseño de la Universidad Viña del Mar, Angélica Pacheco.
La analista reconoce que “en este contexto político nacional sucede la crisis de Venezuela”, y que es el mismo escenario en el que “parlamentarios PS y PPD ponen en cuestión la permanencia del PC en la coalición; o figuras comunistas replican y se defienden por supuestos sesgos anticomunistas. A un año de la muerte de Guillermo Teillier, la identificación de la población con el PC es de un 2%; el PPD 1% y el PS 5%. La tarea del gobierno es mantener la cohesión y el FA tiene un rol fundamental en aquello a pesar de la tentación natural de enfocarse en lógicas de maquinarias electorales y partidos. Las elecciones se ganan con votos, pero mediante un ethos. Los partidos políticos tienen un 3% de confianza en la población según la encuesta CEP, y en la medida que sigan utilizando disputas mediadas y mediáticas van cimentando más desconfianza pública. La población prefiere en un 65% que los políticos privilegien acuerdos aunque tengan que ceder posiciones”.
No obstante, a su parecer “el factor Venezuela no debiera impactar en las elecciones de octubre; aunque la centro izquierda y derechas lo utilicen discursivamente en contra del PC y otros movimientos, no afecta directamente porque la ciudadanía decidirá por figuras que puedan resolver, gestionar, mejorar su comuna y su región. Las comunidades están agotadas de promesas y anuncios que no perciben en su vida cotidiana; tendrán que decidir y evaluar figuras para cargos que pocos saben de sus atribuciones”.
En el caso de figuras del PC como, por ejemplo, la alcaldesa Irací Hassler, ésta ya declaró que no tiene admiración particular por Maduro, pero Pacheco advierte que esto “no es un punto crucial sino la percepción y experiencia de los habitantes de la comuna por su gestión. Lo mismo ocurre a escala regional; las candidaturas del PC en concejalías, cores y municipios serán en torno a los temas prioritarios para las comunidades”.
Sin embargo, otra es la situación de las coaliciones que llegarán al próximo año para las parlamentarias y presidenciales las que se están disputando poder actualmente al interior de sus propias alianzas. “En ese marco, tanto la oposición como el oficialismo aún podrían modificar con quienes llegarán a disputar el sillón de O’Higgins. Si candidatos deciden utilizar la situación venezolana en contra de figuras de izquierdas, podría convertirse en un boomerang puesto que ya lideraron como gobiernos procesos de apertura a migrantes venezolanos. Cada coalición que estuvo previamente liderando procesos gubernamentales, tomaron decisiones por razones humanitarias el ingreso de migrantes. Será un tema altamente sensible porque no sabemos los ribetes de lo que ocurrirá en Venezuela los próximos meses. La población prioriza seguridad, salud y empleo”.
Por otra parte, la analista política y académica de la Universidad Autónoma, Marcela Porto, cree que “en un mundo globalizado, lo que ocurre en cualquier parte del mundo tiene repercusiones porque el modelo genera interdependencias de diferente tipo, especialmente económicas. En este sentido, lo ocurrido en Venezuela podría tener repercusiones políticas para nuestro país que no son menores en un año electoral, porque están vinculadas a las definiciones ideológicas que pueden adoptar los candidatos con relación al tema y a los climas de opinión que van marcando la intención de voto”.
El problema, reconoce, es que “en este momento es difícil sostener una defensa del régimen venezolano y reconocerlo como democrático cuando objetivamente tiene características de un sistema político autoritario, aún cuando haya celebrado recientemente elecciones. Por ejemplo, en los últimos comicios pudo votar apenas el 1% de los cerca de cinco millones de venezolanos que han emigrado del país. O la inhabilitación de la candidata opositora sin opción de sustitución para ese sector. Son cuestiones que te hacen pensar en qué tan justas fueron esas elecciones”.
Porto recuerda que conoció a muchos quienes apoyaban a Chávez debido a un discurso político que “cristalizó el anhelo de cambio que muchas personas y movimientos han cultivado sobre todo desde la década del 2000 en adelante”, pero cree que “pasados ya casi más de 20 años en que aspectos como el Estado de derecho, las libertades civiles, el pluralismo político, entre otros, han mostrado un objetivo deterioro en Venezuela, resulta problemático defender lo indefendible”.
Por eso, advierte que si bien “no podemos censurar lo que un candidato o candidata apoye, creo que defender a un régimen como Venezuela, por supuesto, les traerá sus costos. Es el riesgo de asumir posturas rígidas, que no admiten cambio a la luz de los nuevos contextos”.
Sobre qué hacer con las diferencias y las elecciones venideras, Pacheco señala que el camino es definir qué tipo de izquierda primará en el oficialismo. “Primero, decidir por las y los mejores candidatos. Con atributos que permitan enfrentar la desafección política de la ciudadanía. O la desesperanza, la molestia. Y, a la vez, determinar el propósito de la elección, con un relato común y bajada coherente en el territorio. La dificultad estará en la disputa de cuál de las izquierdas predominará con más representación en las comunas, región y Congreso más allá de este gobierno”.
PURANOTICIA