La Guardia Costera de Estados Unidos informó que, dado el tiempo transcurrido y la temperatura del agua en la que cayeron, se presume que han muerto. La misión de rescate en curso pasa ahora a ser una de recuperación.
Los seis trabajadores que desaparecieron tras el accidente naval que derribó el puente de Francis Scott Key, en la ciudad de Baltimore, en la costa este de Estados Unidos, son todos inmigrantes latinos.
Los gobiernos de México, Guatemala y Honduras confirmaron las desapariciones a través de sus respectivos portavoces. La Guardia Costera de Estados Unidos informó que, dado el tiempo transcurrido y la temperatura del agua en la que cayeron, se presume que han muerto. La misión de rescate en curso pasa ahora a ser una de recuperación.
El presidente de México Andrés Manuel López Obrador aseguró que había tres víctimas mexicanas: un herido, que estaba siendo atendido, y dos desaparecidos.
"Tenemos los datos, pero no vamos a dar información porque los familiares pidieron que se maneje con prudencia este asunto".
Los seis hombres trabajaban para Brawn Builders, un contratista local que le hace mantenimiento a los puentes del estado de Maryland.
Jesús Campos, quien ha trabajado para la compañía en el puente y conoce a miembros del equipo, dijo que le habían dicho que cuando ocurrió el accidente algunos estaban en el descanso en sus camiones.
"Estuve ahí hace un mes, y sé lo que se siente cuando pasan los camiones", le dijo a la Associated Press.
"Imagina saber que se está cayendo. Es tan difícil, uno no sabría qué hacer",
Entre los seis trabajadores que se presumen muertos está Miguel Luna, quien llevaba trabajando para la compañía de construcción unos 15 años, contó su familia.
Luna es de El Salvador y padre de tres hijos, según Gustavo Torres, el director ejecutivo de la organización latina proinmigrante CASA.
“Fue un miembro de muchos años de nuestra familia CASA, lo que añade un grado más profundo de tristeza a esta ya lamentable situación”, expresó al diario The Washington Post.
Marvin Luna, uno de los hijos de Miguel, le dijo al mismo diario que sabía que su padre trabajaba esa madrugada, pero que no se enteró de lo que había pasado hasta que unos amigos lo llamaron y le dijeron: "El puente ya no está".
La segunda víctima identificada es Maynor Yassir Suazo Sandoval, oriundo del departamento de Santa Bárbara, según reportó el diario hondureño El Heraldo.
El hermano de Sandoval habló con la cadena estadounidense NBC News y dijo que le habían informado de su desaparición horas después de que el puente colapsara.
"La esperanza es que podamos ver el cuerpo", señaló. "Queremos verlo, encontrarlo, saber si está muero porque no sabemos nada".
También se cree hay dos guatemaltecos entre las víctimas, uno de 26 años y otro de 35 años, de acuerdo a la información proporcionada por la Cancillería de Guatemala.
El padre Ako Walker, de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, en un barrio de Baltimore, contó que pasó el día acompañando a las familias de los trabajadores desaparecidos, a la espera de noticias mientras los equipos de rescate los buscaban en las aguas del río Patapsco, donde buceadores del FBI utilizaron cámaras robóticas en busca de algún rastro.
Walker pronunció un breve sermón en español.
Esta área de Baltimore cuenta con una numerosa población inmigrante de Latinoamérica, a menudo empleada en los trabajos más duros, como el que realizaban los operarios desaparecidos.
Walker recalcó ese hecho: "Seis de ellos son latinos", dijo, añadiendo que el impacto se sentiría especialmente en toda la comunidad de habla hispana.
"Ha sido difícil para las familias", añadió. "Ha habido muchas lágrimas".
En la iglesia de Mount Olive, cerca del lugar del siniestro, se llevó a cabo una vigilia por los desaparecidos y sus familias.
Allí, Susana Vargas, activista por los derechos de los migrantes, le dijo a la BBC que "en esta zona viven muchos latinos que trabajan en la construcción y en los restaurantes".
"Siempre que hay una tragedia, [las víctimas] son los migrantes. Nosotros somos los que hacemos este tipo de trabajos".
Baltimore y su puerto son un punto vital para la economía estadounidense y su tránsito de mercancías.
PURANOTICIA // BBC MUNDO