Irmgard Furchner, de 97 años, era adolescente cuando fue contratada como mecanógrafa en el campo de concentración de Stutthof, donde trabajó desde 1943 hasta 1945.
Una exsecretaria que trabajaba para el comandante de un campo de concentración nazi fue condenada por complicidad en el asesinato de más de 10.500 personas.
Irmgard Furchner, de 97 años, era adolescente cuando fue contratada como mecanógrafa en el campo de concentración de Stutthof, donde trabajó desde 1943 hasta 1945.
Furchner, una de las pocas mujeres juzgadas por crímenes nazis en décadas, recibió una pena de prisión suspendida de dos años.
Aunque la exsecretaria era una trabajadora civil, el juez consideró que estaba completamente al tanto de lo que sucedía en el campo.
Se estima que cerca de 65.000 personas murieron en condiciones horrendas en Stutthof, incluyendo prisioneros judíos, polacos no judíos y soldados soviéticos capturados.
En Stutthof, que estaba ubicado cerca de la actual ciudad polaca de Gdansk, se usaron una variedad de métodos para asesinar a los detenidos. Miles de personas murieron allí en cámaras de gas a partir de junio de 1944.
El tribunal de Itzenhoe, en el norte de Alemania, escuchó a sobrevivientes del campo, algunos de los cuales murieron durante el juicio.
Cuando comenzó el proceso judicial en septiembre de 2021, Irmgard Furchner huyó de la casa de retiro donde vivía y finalmente fue hallada por la policía en una calle de Hamburgo.
El comandante de Stutthof, Paul-Werner Hoppe, fue encarcelado en 1955 por ser cómplice de asesinato y fue liberado cinco años después.
Varios juicios han tenido lugar en Alemania desde 2011, luego de que la condena del exguardia del campo de exterminio nazi John Demjanjuk sentara el precedente de que ser guardia era prueba suficiente para probar complicidad.
Ese fallo también significó que Furchner podía ser juzgada, ya que trabajaba directamente con el comandante del campo, ocupándose de la correspondencia relacionada con los detenidos de Stutthof.
A Furchner le tomó 40 días romper su silencio en el juicio, cuando dijo al tribunal: "Lamento todo lo que pasó".
Como la exsecretaria tenía menos de 21 años cuando trabajó en el campo de concentración, el juicio se llevó a cabo en un tribunal especial de menores.
"Lamento haber estado en Stutthof en ese momento, es todo lo que puedo decir", afirmó Furchner.
Sus abogados defensores argumentaron que debería ser absuelta debido a las dudas sobre lo que realmente sabía, ya que era una de varias mecanógrafas en la oficina de Hoppe.
Sin embargo, el historiador Stefan Hördler jugó un papel clave en el juicio y acompañó a dos jueces en una visita al sitio del campo.
De la visita quedó claro que Furchner pudo ver desde la oficina del comandante algunas de las peores condiciones en el campamento.
El historiador relató en el juicio que 27 transportes con 48.000 personas arribaron a Stutthof entre junio y octubre de 1944, después de que los nazis decidieran ampliar el campo y acelerar los asesinatos en masa con el uso de gas Zyklon B.
Hördler describió la oficina de Hoppe como el "centro neurálgico" de todo lo que sucedía en Stutthof.
El juicio de Furchner podría ser el último que se lleve a cabo en Alemania por crímenes de la era nazi, aunque todavía se están investigando algunos casos.
Otros dos casos han llegado a los tribunales en los últimos años por crímenes cometidos en Stutthof.
El año pasado, un exguardia del campo fue declarado no apto para ser juzgado a pesar de que el tribunal afirmó que había un "alto grado de probabilidad" de que fuera culpable de complicidad.
En 2020, otro guardia de las SS, Bruno Dey, fue condenado a dos años de prisión por su presunta complicidad en el asesinato de más de 5.000 prisioneros.
PURANOTICIA // BBC MUNDO