Se trata del problema de las n reinas, que ha tenido a muchos matemáticos (y computadoras) rompiéndose la cabeza en busca de una solución.
Es muy probable que cuando en 1848 el ajedrecista alemán Max Bezzel concibió el problema de las ocho reinas, no se imaginara las vueltas que su planteamiento daría.
Con el tiempo, le dio paso al problema de las n reinas, que ha tenido a muchos matemáticos (y computadoras) rompiéndose la cabeza en busca de una solución.
"En realidad a Bezzel le hubiera gustado estudiar matemáticas, pero sus amigos le aconsejaron que no lo hiciera, 'porque las perspectivas para un matemático en Baviera eran terribles en ese momento'", escribió Hans Siegfried en una breve biografía.
Se hizo abogado, pero no abandonó su pasión por el ajedrez y las matemáticas y así fue cómo surgió el famoso problema que involucra a la pieza más poderosa del tablero.
Un nuevo capítulo sobre el problema de las n reinas lo escribió alguien que confiesa no ser muy bueno en el ajedrez.
El 21 de enero, The Harvard Gazette, el órgano de prensa oficial de la Universidad de Harvard, informó que uno de sus matemáticos, Michael Simkin, había resuelto "en gran medida un problema de ajedrez de 150 años".
Y es que no hay certeza de cuándo se planteó por primera vez el problema de las n-reinas, aunque todo apunta a que fue antes de 1869.
Bezzel "podría ser considerado uno de los primeros maestros del mundo del ajedrez", escribió Max Lange, otro grande del ajedrez alemán, en un libro de 1860.
Pero más allá de su destreza en ese juego, Bezzel se distinguió por plantear problemas ingeniosos y complejos.
"Era el lado matemático del ajedrez lo que le fascinaba", escribió Siegfried en el sitio web Ansbach Chess Club.
Así fue como propuso, en una publicación sobre ajedrez, el problema de cuántas maneras se pueden colocar ocho reinas en un tablero de 8 x 8 casillas sin que se encuentren entre sí.