Con menos de 3 millones de habitantes, Qatar se ha vuelto un país crucial para Europa en su frenética búsqueda por reemplazar las importaciones energéticas rusas.
Con menos de 3 millones de habitantes, Qatar se ha vuelto un país crucial para Europa en su frenética búsqueda por reemplazar las importaciones energéticas rusas.
Junto a Australia, este pequeño país de Medio Oriente es el mayor exportador de gas natural licuado (GNL) del mundo y un potencial aliado comercial para los países de la Unión Europea, que hasta ahora cubren cerca del 40% de sus necesidades gasíferas desde el mercado ruso.
Esa dependencia energética entre Europa y Rusia no había sido un gran problema hasta que en febrero el Kremlin decidió invadir Ucrania, haciendo que la relación comercial se vuelva cada vez más insostenible.
Europa ya ha comenzado a firmar acuerdos a largo plazo para aumentar las importaciones de gas desde otros países, pero esa no es una solución suficiente para compensar la potencial pérdida de importaciones de gas ruso.
Tomemos el caso de Alemania, donde el 55% del gas que consume viene de Rusia.
Recientemente el ministro de Economía, Robert Habeck, pidió medidas sin precedentes para disminuir la dependencia y contrarrestar lo que considera como un "chantaje energético del Kremlin".
Es que no basta con que Alemania reciba barcos con gas natual licuado (GNL) desde otras latitudes, puesto que necesita construir las instalaciones para procesarlo, un plan que puede llevar de tres a cinco años, según los cálculos del gobierno.
Pese a las dificultades logísticas y dada la premura de las circunstancias, Habeck ha dicho: "Tenemos que intentar lo impracticable".
Y el país puso el acelerador a fondo con la aprobación de recursos para conseguir terminales flotantes de GNL, que tienen la capacidad de recibir el producto desde lugares tan lejanos como EE.UU. o Qatar.
Así es como Qatar entra en una buena posición a la mesa de negociaciones tras el inicio del conflicto bélico, justo en un momento en que ya había realizado importantes inversiones para aumentar la producción y la infraestructura gasífera.
"Ciertamente hay una oportunidad para Qatar", le dice a BBC Mundo Karen Young, investigadora senior y directora del Programa de Economía y Energía del centro de estudios Middle East Institute, en Washington D.C.
El país tenía en sus planes expandir la capacidad de exportación en aproximadamente un 60% para 2027 antes de que comenzara la guerra, por lo que la oportunidad a mediano plazo de proporcionar GNL a Europa "será una bendición, tanto económicamente, si los acuerdos se establecen en precios actuales, y políticamente", apunta.
Siendo una monarquía semiconstitucional con el emir como jefe de Estado, y el primer ministro como jefe de gobierno, Qatar no tiene que pasar por complejos procesos de toma de decisiones, ni conseguir el respaldo político de distintos partidos.
El sistema político del país ha sido considerado por organizaciones occidentales como un "régimen autoritario", una calificación que el gobierno qatarí rechaza.
Amnesty International ha denunciado prácticas que considera como "explotación y abuso" de trabajadores migrantes.
El GNL es una forma de gas refrigerado cuyo precio es más alto que el gas natural, pero tieve una gran ventaja: es más fácil de transportar. Puede cargarse en barcos y no requiere la construcción de enormes gasoductos con inversiones millonarias a largo plazo.
Con la ambición de hacer crecer su negocio, en 2019 Qatar anunció planes para aumentar sus exportaciones de GNL en un 64% para 2027.
Bajo ese plan, la firma estatal Qatargas llegó a un acuerdo para expandir la reserva North Field, un gigante en alta mar que se extiende hacia aguas iraníes y uno de los depósitos de gas natural más grandes del mundo.
La expansión permitiría al país aumentar su capacidad de producción de GNL de 77 millones a 110 millones de toneladas para 2025, justo en un momento en que la demanda por el producto sigue aumentando.
No solo Alemania ha estado en conversaciones con Qatar para conseguir importaciones adicionales de GNL. También lo han intentado varios de sus vecinos.
Es que la urgencia por conseguir nuevas fuentes energéticas se agudizó en las últimas semanas luego que Rusia le cortara el suministro a Polonia y Bulgaria en medio de la ofensiva bélica.
Con más riqueza per cápita que Suiza o Estados Unidos, Qatar pareciera estar en el camino perfecto para volverse aún más rico.
Es que el aumento de la demanda también está creciendo en otras partes del planeta.
Actualmente, casi el 80% de las exportaciones de GNL de Qatar van a Asia, siendo Corea del Sur, India, China y Japón los principales compradores.
Y por el volumen de mercado, China llegó a convertirse en el mayor importador de GNL del mundo tras firmar un acuerdo con Qatar por un período de 15 años.
Con la creciente demanda de los mercados asiáticos y los europeos, expertos señalan que Qatar tiene todas las condiciones para conseguir contratos rentables.
Aunque no todo será inmediato. El gigante estatal Qatar Energy está bombeando a plena capacidad y la mayoría de los cargamentos se venden bajo contratos de varios años que -según Doha- no cancelará para desviar suministros a Europa.
De todos modos, algunas firmas como Morgan Stanley esperan que la decisión de Europa de importar gas desde otras naciones impulse un aumento del 60% en el consumo global de GNL para 2030.
Mientras aquel escenario siga configurándose, la economía de Qatar crecería más de 4% este año, según Citigroup.
Se trata del mayor salto desde 2015.
PURANOTICIA // BBC MUNDO