Las autoridades confirmaron que el presunto atacante de la masacre estaba armado con un rifle y una pistola y que también murió.
Cuatro personas murieron en un tiroteo en un hospital en Tulsa, Oklahoma, Estados Unidos, este miércoles, según informó la policía local.
Las autoridades confirmaron que el presunto atacante de la masacre estaba armado con un rifle y una pistola y que también murió.
La policía llegó al lugar el miércoles por la tarde en el Hospital Saint Francis en menos de cuatro minutos, lo que garantizó que el número de muertos no fuera mayor, según las autoridades.
Múltiples heridos también fueron reportados, pero medios estadounidenses informaron que ninguno de gravedad.
"En este momento tenemos cuatro civiles muertos y un tirador muerto", dijo en una conferencia de prensa, el subcomandante de policía Eric Dalgleish.
Sin identificar al tirador, dijo que sufrió heridas de bala fatales que se cree que fueron autoinfligidas y estimó que tenía entre 35 y 40 años.
El sospechoso "tenía un arma larga y una pistola en la escena en ese momento", dijo.
Todavía no se conocen los motivos del atacante, sin embargo, en una entrevista el miércoles en la noche, el capitán Richard Meulenberg, del Departamento de Policía de Tulsa, dijo que el ataque no fue aleatorio, según el diario The New York Times.
Según las declaraciones al New York Times de un asistente médico que se encontraba en el edificio, varios de sus colegas se escondieron en los baños y en clósets de almacenamiento.
Al reconocer los sonidos de arma, Gannon Gill guió a sus pacientes por un "laberinto" de cubículos de consulta y corredores interconectados hasta que se refugiaron en el garaje del edificio que parecía seguro, dijo al diario.
En el garaje, un paciente le contó que se había topado con el hombre armado durante el ataque.
"El atacante le dijo a él y a su esposa que se fueran y que no estaba ahí por él", declaró Gill.
El comandante Dalgleish dijo que la policía recibió una llamada sobre un tirador activo a las 16:52 hora local (20:52 GMT) y llegó al lugar en tres minutos.
"Los agentes de policía que llegaron escucharon disparos en el edificio y eso fue lo que los dirigió al segundo piso", explicó.
Actualmente, la policía está entrevistando a varios testigos en todo el edificio, incluidos los que estaban en el segundo piso, donde ocurrió el ataque.
En declaraciones a ABC News, el capitán Richard Meulenberg dijo que cuando la policía llegó al campus médico "encontraron que algunas personas habían recibido disparos" y algunas de ellas ya habían muerto.
Fue una "escena catastrófica", aseguró.
El pasado 14 de mayo, EE.UU. se conmocionó después de que un hombre blanco de 18 años matara a 10 personas, en su mayoría negras, en un supermercado en Buffalo, Nueva York.
El atacante, que se describe a sí mismo como un supremacista blanco, fue arrestado en el lugar y acusado de terrorismo doméstico este miércoles.
El 24 de mayo, 19 niños y dos profesoras fueron asesinados a disparos por un joven de 18 años en una escuela primaria en la pequeña localidad fronteriza de Uvalde, en Texas, de mayoría latina. El atacante murió en el lugar y los motivos están siendo investigados.
Sin embargo, la respuesta de la policía en Uvalde ha estado en el foco del debate después de que se revelara que una veintena de agentes de policía permanecieron en el corredor, afuera del aula en el que el atacante se encerró con las víctimas, por más de una hora, mientras varios niños llamaban a pedir ayuda.
Al ser interrogado sobre los protocolos de respuesta ante tiroteos masivos este miércoles en Tulsa, Dalgleish dijo que "Tulsa revisa ese tema regularmente. Estoy muy contento con lo que sabemos hasta ahora sobre la respuesta de nuestros agentes".
El presidente de EE.UU., Joe Biden, fue informado sobre el tiroteo en Oklahoma, anunció la Casa Blanca en un comunicado.
El sábado pasado, el presidente Biden instó a los estadounidenses a hacer oír su voz para evitar más violencia armada, luego del asesinato de los 19 niños y sus maestras en la escuela en Uvalde.
PURANOTICIA // BBC MUNDO