Por medio de un comunicado, la Delegación Presidencial del Biobío señaló que Azul Azul -concesionaria que administra al cuadro laico- fue responsable de seis de los siete incumplimientos en las medidas de seguridad comprometidas para el choque con los Cruzados.
Tras largos meses de espera, este martes se conoció la resolución a la cual llegó la Delegación Presidencial del Biobío con respecto a los incidentes que empañaron la realización del clásico entre Universidad de Chile y Universidad Católica a fines de abril en el estadio Ester Roa Rebolledo de Concepción.
Cabe recordar que en aquella ocasión, el partido se vio interrumpido a los 31 minutos debido a serios desmanes en las tribunas, las cuales solo contaban con público del Romántico Viajero, por lo cual el cotejo terminó siendo suspendido y se retomó durante los últimos días de junio.
Por medio de un comunicado, la repartición estatal señaló que Azul Azul -concesionaria que administra al cuadro laico- fue responsable de seis de los siete incumplimientos en las medidas de seguridad comprometidas para el choque con los cruzados.
"Dentro de las faltas sancionadas por este proceso se cuentan la falta de comunicación y coordinación con el jefe de seguridad del club organizador con Carabineros durante el espectáculo, la vulneración del sistema de acceso y control de identidad, fallas en el dispositivo de seguridad privada del organizador, obstrucción de las vías de evacuación", entre otras situaciones, se detalló en el escrito.
A raíz de lo anterior, el club recibió una multa de 5.500 UTM, es decir, más de 350 millones de pesos, siendo el monto más alto con el que ha sido sancionado un elenco nacional.
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