Expertos realizaron una completa radiografía a los peligros y las medidas a tomar frente a las emergencias que se vienen produciendo debido a las precipitaciones, cada vez más frecuentes en la zona, además de la construcción en altura en medio de un sector dunar.
En menos de un año, tres grandes socavones amenazaron seriamente la vida de los habitantes de, al menos, tres edificios de Reñaca, construidos sobre terreno dunar. Las fuertes lluvias que hasta hace poco no eran tan frecuentes ni intensas, hoy comienzan a ser parte de las noticias semanales y la pregunta de si los habitantes de otros edificios cercanos están seguros resulta natural. Por eso, Puranoticia.cl hizo una completa radiografía a los riesgos, las zonas más susceptibles y las medidas que debiesen tomar desde las autoridades hasta las inmobiliarias hicieron expertos en construcción de distintas universidades de la Región de Valparaíso.
Miguel Vera Sánchez, director del Magíster en Gestión de la Construcción de la Universidad Viña del Mar (UVM), afirma que “los tres socavones recientes en edificios en el sector de Reñaca indican una inestabilidad significativa en el área dunar. Dada la naturaleza geológica de las dunas, otros sectores en riesgo que se debiesen considerar son las zonas adyacentes a los socavones actuales son las más vulnerables, ya que la erosión puede propagarse, y las áreas con pendientes más pronunciadas son susceptibles a deslizamientos y desprendimientos debido a la saturación del suelo por las lluvias”.
Luis López, ingeniero civil en Construcción, y profesor de la escuela de Ingeniería de Construcción Transporte de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), indica que “toda el área del campo dunar que tenga una inclinación, es decir un talud, presenta un peligro de erosión y deslizamiento frente a las lluvias, sin embargo el mayor riesgo se presenta en aquellos sectores que drenan el agua, tanto en las quebradas de las zonas naturales y los colectores de aguas lluvias en las zonas intervenidas si estos fallan”.
Por su parte, Marcela González, profesora de la Escuela de Ingeniería de Construcción y Transporte e ingeniera Civil de la PUCV con especialización en comportamiento dinámico de los suelos, afirma que “las afectaciones en la duna han sido derivadas de un sistema de drenaje de agua que se ha visto esforzado ante los recientes eventos meteorológicos. Al ser un proceso de fuga de agua directo sobre o dentro del suelo, el material se satura y termina por ser arrastrado. Así que, para determinar sectores con riesgo de deslizamiento en el área dunar de Reñaca, es necesario hacer el levantamiento de información correspondiente al estado del sistema de drenaje, sitios con evidencia de fuga (con o sin falla del suelo), sitios en construcción, además de saber si existen zonas donde se haya registrado algún tipo de movimiento progresivo en el tiempo, entre otros. Con toda esta información es posible establecer zonas con diverso potencial de riesgo”.
En relación a las medidas de reforzamiento, Vera, de la UVM, plantea importante considerar “la construcción de muros de contención para estabilizar las áreas más afectadas y prevenir futuros desprendimientos; la implementación de sistemas de drenaje para desviar el agua de lluvia y reducir la saturación del suelo; y la plantación de vegetación nativa que ayude a estabilizar el suelo y reducir la erosión”.
En cuanto a qué rol cumplen las autoridades en sus capacidades de reacción ante estos eventos, indica que quienes deben estar encima de esta problemática son “la Municipalidad de Viña del Mar, con su coordinación y ejecución de obras de emergencia; el Ministerio de Obras Públicas (MOP), como es la supervisión de proyectos de infraestructura de reparación como también en las obras de mitigación; y el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin):, evaluación técnica y monitoreo continuo de la estabilidad del terreno y el estudios técnico de ellos, como una entidad fundamental”.
Además, de acuerdo a Vera, “otros riesgos que se pueden generar en esta condición son las inundaciones debido a la saturación del suelo y la deficiente infraestructura de drenaje; las remociones de masas de suelo que pueden afectar infraestructuras, en especial a nivel de cimientos, ya cambian las condiciones originales de diseño de estas estructuras; y los daños a Infraestructuras subterráneas como son las tuberías y canalizaciones de servicios básicos pueden verse comprometidos”.
Como medida preventiva recomienda “la instalación de un sistema de monitoreo geotécnico para detectar movimientos del suelo y una revisión completa de los sistemas de colectores de aguas lluvias, y como recomendación futura , la revisión de los requisitos de la infraestructura sanitaria, dada las condiciones actuales del crecimiento inmobiliario”.
Según López, de la PUCV, la duna se adapta naturalmente al clima y genera una inclinación que le permite ser estable a eventos normales, sin embargo “tradicionalmente en zonas de riesgo se incorpora una vegetación adecuada que le permite resistir de mejor manera el arrastre de suelo por viento y lluvias menores. Por otro lado en la zona edificada los proyectos al momento del diseño, construcción y operación deben incorporar un sistema de protección estabilización y drenaje adecuado al mismo proyecto, sin embargo, si se presenta alguna situación particular no prevista, se deben tomar inmediatamente acciones que permitan corregir o incorporar medidas de forma de eliminar los riesgos aunque el peligro exista y las medidas dependerán de la situación que se presente”.
En esa línea, asegura que “los peligros presentes son los deslizamientos, incendios y fallas ante sismo entre otros, para disminuir el riesgo a que estos peligros se hagan presentes, todos ellos son considerados al momento del diseño y construcción, sin embargo debe verificarse continuamente que en la operación de los edificios se sigan manteniendo las condiciones de diseño, es decir un buen drenaje, una buena mantención de la red de incendios, no modificar las condiciones estructurales de los edificios, tanto del mismo edificio como aquellos que soportan la estructura y así estas edificaciones deberían tener el comportamiento como el resto de las estructuras que conocemos en otros lugares del país”.
Sobre quiénes deben hacerse responsables, opina que “dependerá del lugar donde se produzca el evento y las competencias de la entidad. El desalojo es una opción cuando ya se ha producido un evento de erosión o deslizamiento en una zona edificada y que genere un riesgo a una edificación, esto lo debe evaluar un grupo interdisciplinario, sin embargo, es preferible tomar las acciones de prevención que eviten estas situaciones. En el caso de las inmobiliarias, estas toman las medidas de prevención en el diseño y construcción, de manera que la obra tenga una buena operación durante su vida útil y esto es autorizado por la autoridad competente, sin embargo, a veces ocurren imprevistos o no se cumplen las hipótesis de diseño y se presentan eventos de riesgo, en ese caso se deben hacer responsables quienes dicte la ley. En general los privados deben hacerse cargo de la mantención de sus edificaciones y el estado y subcontratos de la red de servicios a esas edificaciones”.
González, de la PUCV, acota a esto que “en términos generales, cualquier material térreo que esté a merced de flujo continuo de agua, y más a presión, será susceptible de falla; tal como se ha evidenciado en la duna. El riesgo siempre será el deslizamiento del suelo. Por consiguiente, el sistema de drenaje es primordial para garantizar la estabilidad de un terreno y es allí donde debe ponerse empeño, en mejorar las condiciones de drenaje de la duna”.
Renzo Piazze, jefe de la carrera Ingeniería en Construcción de la Universidad Santa María, constructor civil y magíster en Dirección de Empresas Constructoras e Inmobiliarias de la Universidad Técnica Federico Santa María (UTFSM), es además vecino de los dos socavones que han ocurrido en el sector.
“Dada las características propias del comportamiento técnico de las dunas en relación con el contacto con el agua y su licuación, es importante poner atención al Plan Maestro de evacuación de aguas lluvias del sector. En especial, en cada punto bajo del sistema de evacuación colectiva. Así también, en cada punto de cambio de dirección del ducto que evacúa las aguas lluvias de todo el lugar”.
En definitiva, manifestó, hay que “revisar todo el sistema de evacuación de aguas lluvias, en relación al Plan Maestro, para evitar cualquier filtración que puedan tener porque estas son las que provocan los socavones, de lo contrario, no existirían dichos socavones si todo funcionara adecuadamente. Es necesario, realizar la mantención preventiva, o sea, limpieza general de los sistemas de evacuación para que estos no se saturen y colapsen, también tomar conciencia que si la población continúa creciendo cada ducto de hacerlo también… eso nunca ha ocurrido y el sistema colectivo queda muy disminuido frente al gran caudal de agua que debe evacuar”.
A su parecer, es importante “que el Estado a través de las entidades competentes realicen los reforzamientos necesarios. En relación a los desalojos o decretos de inhabitabilidad, es razonable en los edificios que están los socavones, sin embargo, a mi parecer, son los edificios que ya están afectados, y no incluiría más edificios en su entorno" y alertó sobre un factor crucial para evitar otra emergencia: "Es necesario, poner atención en el desvío del agua del colector que provocó el socavón en el edificio Euromarina dos, de tal manera de no trasladar el problema a un nuevo sector y provocar un tercer socavón”.
En ese sentido, dijo que “los edificios que se encuentran en los puntos más altos, en relación a los riesgos de socavones, lo descartaría ya que no tienen la energía dinámica que significa el agua escurriendo sin encauzamiento y sobre un suelo que no es apto para ello”.
Sobre qué hacer, Piazze señaló que “todo esto que ha sido muy lamentable, ha ocurrido por una falla en el sistema del colector que evacúa todas las aguas del sector. Esta zona ha crecido exponencialmente y no ha pasado lo mismo con los colectores del sistema de evacuación de aguas lluvias. Los edificios y sus fundaciones han sido calculadas de acuerdo a las normativas vigentes para construcción en ese tipo de suelo, por lo que no debiera presentar problemas estructurales frente a sismos, por supuesto, si sus sistemas de evacuación de aguas lluvias han sido mantenidos adecuadamente. Recordemos que el año 1985 el único edificio que estaba construido hubo que demolerlo, posteriormente, se modificó la norma para construir sobre duna y apareció un gran conjunto de edificios sobre ellas, ocurrió el terremoto del 2010 y estos edificios tuvieron un excelente comportamiento sísmico. Lo principal es mantener y realizar las obras complementarias, de los sistemas de evacuación de aguas lluvias de tal manera de permitir el escurrimiento de las aguas a través de ellos y no en contacto con la duna”.
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