Según los regantes de la Primera Sección del río Aconcagua, la decisión del ente técnico encargado de la gestión de las aguas favorece a Catemu, Llay Llay y Panquehue, por sobre Los Andes, Rinconada, Calle Larga, San Esteban, Santa María y parte de San Felipe.
Una importante polémica se ha suscitado en el Valle del Aconcagua, luego que la Dirección General de Aguas (DGA) instruyera nuevas medidas de distribución del río Aconcagua tras el aumento de caudales producto de los deshielos en la cordillera de Los Andes.
Y es que según los regantes de la Primera Sección del río Aconcagua, la decisión del ente técnico encargado de la gestión de las aguas favorece a Catemu, Llay Llay y Panquehue, por sobre Los Andes, Rinconada, Calle Larga, San Esteban, Santa María y parte de San Felipe.
Este martes, la DGA anunció la reformulación de las medidas dispuestas en el río Aconcagua, ya que las Juntas de Vigilancia de la Primera y Segunda Sección no han logrado obtener algún tipo de acuerdo.
Según estableció la DGA, la Junta de Vigilancia de la Primera Sección del río Aconcagua deberá disponer de un caudal de 300 litros por segundo en la planta de agua potable de Los Andes, los siete días de la semana, las 24 horas del día.
También deberán regular las compuertas del resto de las captaciones que se encuentran en su territorio jurisdiccional, para disponer de un caudal medio diario de 11 metros cúbicos por segundo en la estación fluviométrica DGA “Aconcagua en San Felipe”, desde las 7:00 horas del lunes hasta las 12:59 horas del sábado de cada semana, con caudales mínimos de 10 metros cúbicos por segundo por un período igual o mayor de cuatro horas continuas.
Asimismo, deberá aplicar el cierre total de las compuertas del resto de las captaciones ubicadas en su territorio jurisdiccional, desde el sábado a las 13:00 horas hasta las 06:59 horas del lunes de la semana siguiente.
La Junta de Vigilancia de la Segunda Sección deberá disponer de un caudal de 1.350 litros por segundo en la planta de agua potable Las Vegas, los siete días de la semana, las 24 horas del día.
También deberán regular las compuertas del resto de las captaciones que se encuentran en su territorio jurisdiccional para disponer de un caudal medio diario de 0,7 metros cúbicos por segundo en la estación fluviométrica DGA “Aconcagua en Romeral”, desde las 10:00 horas del lunes hasta las 15:59 horas del sábado de cada semana, con caudales mínimos de 0,4 metros cúbicos por segundo por un periodo igual o mayor de 4 horas continuas.
Igualmente, deberán cerrar las compuertas del resto de las captaciones de su territorio jurisdiccional desde el día sábado a las 16:00 horas hasta las 09:59 horas del lunes de la semana siguiente.
Mientras que la Junta de Vigilancia de la Tercera Sección tendrá que disponer de un caudal de 70 litros por segundo en la planta de agua potable La Cruz, los siete días de la semana, las 24 horas del día.
Además, deberán regular las compuertas del resto de las captaciones de su territorio para disponer un caudal medio diario de 0,9 metros cúbicos por segundo en la estación “Aconcagua en Puente Ferroviario”, desde las 0:00 horas del domingo hasta las 17:59 horas del martes de la semana siguiente, con caudales mínimos de 0,5 metros cúbicos por segundo por un periodo igual o mayor de cuatro horas continuas.
Cabe señalar que de los 0,9 m3/s, se considera un caudal pasante de 500 litros por segundo en la planta de agua potable de Concón. A su vez, se ordena a Esval disponer de un caudal medio diario de 100 litros por segundo en la estación fluviométrica DGA “Aconcagua en Humedal Desembocadura”. En ambos casos, los siete días de la semana, las 24 horas del día.
A juicio de los regantes de la Primera Sección del río Aconcagua, esta medida anunciada por la Dirección General de Aguas afectará gravemente el agua disponible para repartir en sus comunas, con más de 6 mil usuarios, obligando a la Junta de Vigilancia a disponer sólo del 28% del agua que pasa por Chacabuquito.
Javier Crasemann, presidente de la Junta de Vigilancia de la Primera Sección del río Aconcagua, señaló al respecto que "nadie se hace cargo de quiénes causaron su propia sequía y que sus problemas son, en gran medida, internos. Se esconde la realidad y sólo se exige agua arriba, lo que no debiese hacerse, ni menos abusar de ello".
"¿Por qué no les exigen no aumentar más hectáreas de riego?; y, ¿no se supone que el agua es una superficial y subterránea y que la ley señala que la redistribución debiese ser de acuerdo con toda la disponibilidad hídrica? Entonces ¿dónde está el reparto de las aguas subterráneas en las resoluciones de intervención del río Aconcagua? No está. No se tocan, nadie las incluye, total, sigamos secando el Valle de Aconcagua", agregó.
De igual forma, sostuvo que "es por ello que convocaremos a las ocho comunas, a sus autoridades, a nuestros usuarios, organizaciones y asociaciones de Aconcagua, para que defiendan su presente, futuro, su trabajo y sus hogares. No más medidas por presiones de unos pocos, anhelamos igualdad, medidas imparciales, donde no seamos siempre los más perjudicados".
Por su parte, el alcalde de San Esteban, Christian Ortega, manifestó que "vemos con preocupación esta determinación, pues afectará aún más la ya compleja distribución de recurso hídrico para nuestros pequeños y medianos agricultores, quienes ven diariamente dificultada la tarea de riego para sus producciones. En desmedro de ellos, siguen viéndose beneficiados los de siempre, aquellos que producen monocultivos que secan nuestro valle, y que impide el cultivo de uva de mesa y de otros frutos que desde siempre se han producido en estas tierras.
"Reitero mi total apoyo a los regantes de la comuna y a la Primera Sección del río Aconcagua. Por ello, mi llamado como Alcalde es a la organización de nuestras comunidades en defensa del agua como un derecho de todos los aconcagüinos, porque en temas hídricos no puede haber ciudadanos de primera y segunda categoría. Es imposible que dejemos morir nuestro valle. Seremos enérgicos en decir fuerte y claro que basta de seguir siendo el patio trasero de la región de Valparaíso", añadió el jefe comunal.
Frente a esta situación, el seremi de Obras Públicas de Valparaíso, Yanino Riquelme, expuso que "es un hecho que cada sección tiene su interés particular y al no haber acuerdo, el MOP, como buen vecino, debe velar por el bien común, por lo que la DGA ordenó una redistribución completa a los usuarios del Aconcagua. Sin embargo, siempre está la posibilidad que ambas partes dialoguen y lleguen a algún consenso, y nadie se sienta perjudicado".
Según explicaron desde el Ministerio de Obras Públicas, las medidas adoptadas por la DGA fueron en base a criterios como porcentaje de eficiencia, disponibilidad de agua durante el mes de noviembre por sección –lo que se irá evaluando conforme a los caudales aportados por la cordillera-, requerimiento de agua para garantizar un caudal mínimo para el funcionamiento de las plantas de agua potable El Sauce, Las Vegas, La Cruz y Concón y los derechos de aprovechamiento de agua de Esval en cada sección del río Aconcagua.
En concreto, el seremi Yanino Riquelme indicó que "el informe técnico de la DGA del 4 de noviembre indicó que la disponibilidad de agua en la cuenca del río Aconcagua se sustenta en los deshielos provenientes de la cordillera de Los Andes, los cuales son registrados en la estación fluviométrica DGA denominada “Aconcagua en Chacabuquito”, el que contabilizó un caudal promedio de 21,77 metros cúbicos por segundo en los últimos 7 días de medición y reduciendo las pérdidas, arroja una disponibilidad total de 20,68 metros cúbicos por segundo, caudal que hizo necesario modificar las últimas medidas de redistribución establecidas el 28 de octubre pasado".
En ese sentido, la Dirección General de Aguas reforzará la fiscalización, con un monitoreo continuo para velar que cada sección capte agua acorde a la disponibilidad del río y derechos otorgados.
Cabe recordar que fue en junio pasado cuando por falta de acuerdo entre las Juntas de Vigilancia del río Aconcagua, que la DGA según el artículo 314 de la nueva ley 21.435 que reformó el Código de Aguas, ordenó a dichas organizaciones la redistribución de las aguas en función de la disponibilidad total del río y de los derechos de aprovechamiento de todos los usuarios, apuntando al llenado del embalse Los Aromos, con el fin de asegurar el agua para el consumo humano para la cuenca del Aconcagua, el Gran Valparaíso y litoral central norte.
Una vez alcanzada la meta de recarga del embalse, con 19,24 millones de metros cúbicos, se dejaron sin efecto las medidas de redistribución ordenadas en junio y se notificó a las Juntas de Vigilancia un nuevo plan de redistribución de las aguas, el cual considera dejar pasar un caudal constante de 0,6 metros cúbicos por segundo en la planta de tratamiento de agua potable de Concón y cuidar la función ecosistémica de los humedales del río Aconcagua.
PURANOTICIA