Se detectó que desde el vehículo fiscal en el cual se movilizaban las víctimas se activó una señal por última vez en un domicilio ubicado Quidico-Costa y no el sector donde fueron quemados.
Los equipos a cargo de la investigación del crimen de los carabineros Carlos Cisterna Navarro, Sergio Arévalo Lobo y Misael Vidal Cid trabajan sobre distintos antecedentes para dar con los autores del atentado, donde la revisión de medidas cautelares de un imputado por porte ilegal de arma y droga aparece como clave.
Según consigna La Tercera, se detectó que desde el vehículo fiscal en el cual se movilizaban las víctimas se activó una señal por última vez en un domicilio ubicado Quidico-Costa y no el sector donde fueron quemados.
Las víctimas llevaban su uniforme y elementos de protección cuando el teniente de Carabineros, Sebastián San Martín, los encontró en el pick up de la camioneta, fallecidos y calcinados por las llamas.
El triple homicidio de los carabineros ocurrido en la madrugada del 27 de abril en la comuna de Cañete, región del Biobío, fue calificado como un "asesinato horrible, cobarde y cruel, un ataque al alma de Chile", en palabras del propio general director de la institución, Ricardo Yáñez.
Para Carabineros, el gobierno y el Ministerio Público dar con los responsables del crimen es prioritario. Y, por lo mismo, se han despachado equipos investigativos desde Santiago hasta el Biobío para ayudar en las pesquisas. Es más, también se sumó la PDI para ayudar en la investigación.
La noche de este domingo, efectivos de esa institución allanaron algunas comunidades en Tirúa y así apoyar en las labores de búsqueda de los sospechosos. La fiscalía no tiene los nombres concretos de quiénes realizaron el atentado, pero sí sospechas de quiénes podrían estar detrás del homicidio, a partir de una serie de pistas levantadas desde el sitio del suceso.
El primer dato que surgió en la investigación fue la camioneta siniestrada donde fueron arrojados los carabineros ya fallecidos, antes de prenderles fuego. El vehículo fue encontrado en la peligrosa ruta P-72-S, a la altura del kilómetro 24, específicamente en el sector Antiquina.
Fue en ese punto que el vehículo policial AP-2875 fue hallado con cuatro disparos en sus puertas y totalmente quemado.
Sin embargo, la fiscalía y el personal investigativo de Carabineros comenzó a seguir otras pistas, como por ejemplo, la señal de GPS que se activó por última vez desde la camioneta. No está claro si esta se emitió por el mismo vehículo o bien desde uno de los celulares de las víctimas.
Lo que sí se ha determinado es que esa señal se activó por última vez en Quidico-Costa, específicamente dentro de una comunidad, donde los policías iban a realizar el control de medidas cautelares.
Esa fue la última vez que el GPS reportó como encendido, por ende, su última fijación fue allí.
Lo que creen los investigadores es que fue en ese lugar donde los policías fueron baleados para luego ser trasladados, en su camioneta, hasta la ruta P-72 donde fueron encontrados. Allí los quemaron y eliminaron todo atisbo de huellas dactilares.
En ese sector, según la información recabada por Carabineros, se encuentran cuatro comunidades radicales: Juan Segundo Marilao, Segundo Huenuman de Lautaro, Antiquina y Lebtraru.
Quienes conocen las pesquisas, además, agregaron que por la zona donde habría sido el atentado las pistas apuntan a la organización Weichan Auka Mapu (WAM), la cual funciona de manera “paramilitar” desde el 2016 y se han dedicado al ataque de forestales, predios, escuelas e iglesias y, también, se les atribuye una serie de homicidio.
Las sospechas sobre esta organización radican en que la zona de Quidico-Costa está dentro de su “zona de control”, aunque más específicamente entre el kilómetro 29 y 38.
Sin embargo, en la policía también advierten sobre otra organización que podría estar detrás: Resistencia Mapuche Lafkenche (RML), tanto por el lugar del atentado y por las características de este.
Su última “gran aparición” fue el ataque al molino Grollmus, en agosto del 2022, donde incendiaron la casa patronal y dispararon a los dueños de casa. El propio Presidente Gabriel Boric calificó ese hecho como un “acto de carácter terrorista”.
Además de diligencias en Tirúa y Quidico, los policías también están cercando la zona de Lebu, pues manejan un dato no menor: se busca una camioneta roja, la cual sería de propiedad de la persona que sería controlada por la medida cautelar. Esta tenía encargo por robo y era utilizada por el imputado que sería controlado por los policías fallecidos, quien mantenía causas vigentes por porte de armas y drogas.
Por ahora, además, la policía está haciendo exhaustivos controles de identidad, los que en la tarde de este domingo arrojaron un primer resultado.
A las 18.50 horas personal del OS-9 detuvo en la ruta que une a Cañete y Tirúa a un imputado asociado a una causa de lesiones graves, pero que mantiene algunos nexos en la zona que podrían ayudar en las pesquisas.
“El detenido es considerado sujeto de interés investigativo por parte de Sipolcar Arauco, con vinculación a delitos de connotación social cometidos en sectores rurales de Cañete, perteneciente al grupo criminal dedicado al robo de vehículos, denominado ‘Los Pablitos’”, consigna parte del mensaje policial que registró su arresto.
Otra de las pistas que buscan los investigadores es saber qué pasó con el armamento que portaban los carabineros, pues dado su calibre, significa que quienes perpetraron el crimen hoy cuentan con un importante contingente armado.
Los uniformados portaban tres pistolas marca Taurus, dos ametralladoras Uzi, una escopeta marca Winchester y una cámara GoPro Hero 5.
A 48 horas del crimen, fiscales y policías cercan una zona que no es fácil, donde se cree los sospechosos no han salido de la provincia, en una táctica que siempre les rinde frutos al momento de esconderse. El objetivo, ahora, es acceder a sus comunicaciones y las horas previas de un atentado de máxima gravedad.
(Imagen: Carabineros)
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