La investigación sigue su curso para dar con los culpables de la muerte de Carlos Cisterna Navarro, Sergio Arévalo Lobo y Misael Vidal Cid.
Las pericias realizadas por el Servicio Médico Legal a los tres cuerpos de los carabineros asesinados durante la madrugada del sábado pasado en Cañete, arrojaron reveladores conclusiones.
Según consigna radio Biobío, los uniformados recibieron impactos balísticos en la cara y el pecho. Este antecedente empuja con fuerza la idea de una ejecución a sangre fría en contra de los uniformados.
Las autopsias de cada uno de los uniformados, tal como lo había adelantado el Fiscal Nacional Ángel Valencia, señala que los tres policías fueron asesinados con armas de fuego. Se descartó, por ejemplo, una de las primeras teorías que apuntaban a que podrían haber sido quemados vivos.
Carlos José Cisterna Navarro resultó con un trauma torácico complejo producto de un arma de fuego. En palabras simples, murió de un disparo en el tórax.
Sergio Antonio Arévalo Lobo sufrió un politraumatismo, también por agresión por arma de fuego. Es decir, recibió más de un disparo en diferentes partes del cuerpo.
Y Misael Magdiel Vidal Cid registró un traumatismo faciocraneo encefálico por proyectil balístico. Dicho de otro modo, la bala le pegó en la cara, atravesó el cráneo y dañó su cerebro.
Los chalecos antibalas, dos subametralladoras uzi y municiones con las que se desplazaban los carabineros fueron sustraídos durante el ataque.
PURANOTICIA