La confirmación de la identidad la entregó la fiscal jefe de Viña del Mar, Vivian Quiñones, quien aseguró que se trata de la joven de 22 años desaparecida desde el 4 de enero.
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Pese a que el Servicio Médico Legal (SML) informó que la confirmación de la identidad del cadáver hallado la tarde del viernes 12 de enero en los roqueríos de la avenida Perú de Viña del Mar se iba a entregar el jueves 18, finalmente el Ministerio Públicó aseguró que el cuerpo corresponde a Anahí Espíndola Córdova.
Efectivamente se trata de la joven viñamarina de 22 años que se encontraba desaparecida desde la noche del jueves 4 de enero, cuando se le perdió todo rastro luego de dejar el gimnasio Seven, ubicado en Recreo, para bajar por Agua Santa, llegar a calle Von Schroeder y ser vista por última vez cruzado el puente Casino.
Minutos más tarde, la joven le envió una fotografía a su ex pareja exhibiéndole sus pies mojados, lo que hizo presumir de inmediato que se dirigió hasta una playa del sector, zona donde se enfocó principalmente la búsqueda, la cual arrojó resultados positivos el viernes de la semana pasada, hallando un cuerpo en el rompeolas de la Av. Perú.
La confirmación de la identidad del cuerpo la entregó la fiscal jefe de Viña del Mar, Vivian Quiñones, quien aseguró que corresponde a Anahí Espíndola: "El día de hoy, podemos ya confirmar de manera científica, en base a los peritajes de ADN practicados tanto por el Laboratorio Criminalístico de la Policía de Investigaciones como del Servicio Médico Legal, de que (el cuerpo) corresponde lamentablemente a Anahí Espíndola. Esto ya ha sido informado a su familia, que está en conocimiento de aquello", señaló la persecutora jefe de la Ciudad Jardín.
De igual forma, explicó que los peritajes de ADN relacionados a las muestras tomadas a la víctima y a su familia, “arrojan una probabilidad científica de fondo de identidad”. Respecto a la posible participación de terceros en su muerte, indicó que "esta investigación está recién iniciándose, por lo tanto hay muchas diligencias que están en curso", agrengando que "no se puede descartar ninguna hipótesis".
También ahondó en la aplicación del protocolo para casos de femicidios, explicando que "cada vez que fallece una mujer y no se determina la causa de muerte, se activan estos protocolos para, en definitiva, levantar toda la información médico-legista relevante para poder establecer con mayor certeza las circunstancias de la muerte, que son obviamente antecedentes de la investigación, que por la entidad de las mismas y, sobre todo, en el fondo, tratándose de una persona desaparecida, así lo regula la ley".
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