Magistrada ordenó el ingreso en prisión de Jorge Rebolledo Martínez, de 34 años, por considerar que su libertad constituye un peligro para la seguridad de la sociedad.
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El Juzgado de Garantía de Los Ángeles dejó en prisión preventiva al excarabinero Jorge Sebastián Rebolledo Martínez (34), por el brutal homicidio de una adolescente de 16 años cometido el jueves pasado en esta ciudad de la región del Biobío.
En la audiencia de formalización, la magistrada Lía Chepe ordenó el ingreso en prisión de Rebolledo por considerar que su libertad constituye un peligro para la seguridad de la sociedad. Además, fijó en cinco meses el plazo de investigación.
Según expuso la fiscalía en la audiencia, alrededor de las 8:30 horas del jueves 19 de octubre, la víctima se encontraba en su domicilio, ya que no pudo asistir a clases por problemas de salud, cuando el imputado ingresó a la vivienda por la puerta principal. Posteriormente, entró a la cocina y tomó un cuchillo carnicero con el que se dirigió a la habitación donde se encontraba la joven, a quien le exigió dinero.
La menor le entregó al imputado alrededor de $20.000, monto que no fue suficiente, por lo que, tras amarrarla de pies y manos, la obligó a realizar una videollamada a su madre para solicitarle $200.000.
Ante la negativa de la progenitora y finalizada la llamada, el imputado se ofuscó y atacó a la adolescente con el cuchillo en reiteradas ocasiones, dejándola abandonada y retirándose con el dinero, el teléfono de la víctima y el arma blanca.
La víctima falleció poco después por un traumatismo torácico complicado por agresión con elemento cortopunzante.
El 21 de agosto de 2014, Jorge Rebolledo, entonces cabo segundo de dotación de la Tenencia de Carabineros de Pemuco (región de Ñuble), fue arrestado por sus propios colegas de institución.
Efectivos de la Sección de Investigaciones Policiales (SIP) llevaban varios meses reuniendo evidencias para capturar al solitario autor de al menos cuatro asaltos violentos perpetrados en el camino a Nacimiento.
Los relatos de las víctimas coincidían en que su actuar era extremadamente violento, además de la descripción física del asaltante.
Lo más sorprendente fue saber que el autor del delito usaba un uniforme de carabinero. Más aún, porque sus ilícitos los cometía a rostro descubierto, pues el sujeto nunca tuvo siquiera la precaución de ocultar su cara.
PURANOTICIA
