Comunidad redactó sendas cartas a la jefa comunal, en la que le exponen sus demandas y solicitudes para vivir en un entorno seguro, como lo hacían antes de la llegada masiva de los comerciantes ambulantes en zonas como Muelle Vergara, Av. Perú y plaza Colombia.
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En un estado de extrema preocupación están los vecinos y trabajadores de las cercanías del borde costero de Viña del Mar debido a la seguidilla de hechos delictuales y violentos que se están registrando en el sector y que los mantiene, además, incómodos producto de la alta presencia de vendedores ambulantes y carros de comida, sumado a peleas, gritos entre los mismos comerciantes y los robos a los transeúntes. Un abanico de desorden, ruido e incivilidades que nadie quisiera tener a su lado.
Este escenario llevó a los integrantes del Comité de Defensa del Borde Costero a redactar dos cartas dirigidas a la alcaldesa Macarena Ripamonti, en la que detallan punto por punto –y en forma minuciosa– los problemas que están enfrentando a diario, aprovechando también de reclamar por la necesaria fiscalización por parte del Municipio y la implementación de medidas efectivas que pongan freno al "desastre" que dicen en que se está convirtiendo este transitado sector de la Ciudad Jardín.
En estos documentos, uno de ellos elaborado con fecha 12 de febrero, se hace referencia a la problemática en torno al sector del Muelle Vergara y avenida 15 Norte y; por otra parte, a la Playa del Deporte. En la otra carta –de fecha 25 de enero- denuncian el abandono de la plaza Colombia y piden que se termine con la instalación regular del comercio ambulante con permiso y la proliferación de personas que se instalan con carpas y realizan sus necesidades primarias en los escasos prados que existen.
¿Qué se está pidiendo al Municipio en términos concretos? Que destine recursos y realice las acciones para que se vuelva a mantener el estándar de orden, limpieza, mantenimiento, luminarias y el paseo turístico, deportivo y recreacional.
El Comité de Defensa del Borde Costero se acercó al concejal José Tomás Bartolucci (UDI) para que sea el “emisario” de ambas cartas y en la sesión del Concejo Municipal sea el encargado –en la hora de incidentes- de leer y hacer un resumen de la denuncia que se está formulando.
Así lo adelantó a Puranoticia.cl, María Adela Baeza, una de las voceras del movimiento pro defensa del sector costero de la Ciudad Jardín, quien señaló que “la Av. Perú y el muelle Vergara están perdiendo su valor histórico como paseo tradicional. Lo mismo sucede con el borde costero hasta la Playa del Deporte que fue uno de los pocos legados de la administración anterior. La nomia reinante está afectando a la población viñamarina y, en específico, a los residentes de la avenida Perú y San Martín y de las calles aledañas”.
La dirigente aseguró que los paseos peatonales desde la Av. Perú hasta la Playa del Deporte, “fueron invadidos por el comercio ambulante. Y debido a la carencia de una fiscalización efectiva, se han introducido costumbres como cocinar y vender comida en la vía pública sin fiscalización sanitaria, además de vender alcohol y “queques de marihuana” en todo horario a los jóvenes e, incluso, a los escolares. Se han instalado puntos de venta y consumo de drogas, especialmente por la noche, en pasarelas y playas, las que en dicho horario son “tierra de nadie”, pues no existe control de la autoridad en las noches”.
A juicio de la dirigente, “el copamiento del borde costero por el comercio ambulante está haciendo que estos espacios públicos se estén transformando, por voluntad alcaldicia, en un patio de comida y de drogas. La instalación de los camiones de comida rápida son un grave error si no tienen la fiscalización correspondiente, se ensucia a diestra y siniestra. Si bien, ellos tienen permiso para vender comida, no lo tienen para sobrepasar los decibeles permitidos por la Ordenanza respecto de Ruidos Molestos, ni para contaminar las calles y veredas”.
Sobre el punto, el concejal Bartolucci comentó a Puranoticia.cl que “empatizo absolutamente con los vecinos del sector del borde costero, es un movimiento que está preocupado por el estado patrimonial y de seguridad. Sus demandas dan cuenta de la realidad del borde costero en toda su extensión. Tenemos problemas graves con la mantención del mobiliario urbano, las aceras y los pavimentos están en mal estado, los basureros están rayados o no existen. Hay problemas también con la conservación de áreas verdes”.
A modo de ejemplo, el edil se refirió a la permisividad de la cual goza el comercio que se instala en el borde costero. En tal sentido, dijo que “en el sector de San Martín, tenemos dos establecimientos de cadenas conocidas y que, sin ningún respeto a los vecinos, tienen un DJ funcionando hasta tarde, afectando la tranquilidad de los vecinos y de los pasajeros que se hospedan en un hotel del sector. Hay empresas de comida rápida que mantienen en pésimo estado las propias jardineras que instalan, generando un daño en la imagen de todo el entorno”.
En una de las cartas, se planteó a la alcaldesa Macarena Ripamonti lo siguiente: “Parte del comercio ambulante recibió de manos de la Municipalidad un “permiso precario” para realizar su actividad. Ello tiene nocivas implicancias: no ayuda en nada al beneficiado para acabar con su situación indigna de subsistencia, promueve el desorden generado por una aglomeración desregulada e inorgánica de un espacio muy acotado, diseñado para el paseo peatonal y el disfrute familiar”. Advierten al mismo tiempo que “se promueve el surgimiento de situaciones abusivas y violentas entre comerciantes ambulantes, cuya ley del más fuerte afecta tristemente al turismo y a la calidad de vida de los residentes y comerciantes establecidos. Nos duele presenciar la discriminación que sufren los artesanos históricos -hombres y mujeres- que se han forjado en una actividad creativa única, según su especialidad”.
En la misma carta, el Comité Defensa del Borde Costero precisó que es necesario “que se tomen medidas a nivel comunal y regional, de largo plazo, que den una solución digna y humana a estos habitantes (refiriéndose a los vendedores ambulantes) que sufren cesantía y pobreza”.
Además, señalan que, en el caso de la artesanía local, se podrían “crear pueblos artesanales como en tantos países. Un lugar apropiado podría ser en el sector del Paseo de los Héroes, u otros lugares. Es importante revalorar el trabajo de dicha agrupación, como un aporte histórico y cultural a la identidad Viñamarina”.
También se plantea que “es notable y doloroso ver el abandono de emblemas históricos de la nación", tales como la estatua de Alberto Larraguibel y Huaso, su caballo. "En la actualidad esa estatua, su fuente seca y su entorno, son usadas por personas para hacer sus necesidades biológicas y para acumular basuras o para ser destrozada con el uso del skate por jóvenes. Eso no se condice con una ciudad de cuidados. Por el contrario, devela una ignorancia supina, un desprecio por la historia deportiva y por los logros de nuestros compatriotas. Al respecto, ¿existe responsabilidad del Consejo de Monumentos Nacionales en este abandono? Esta figura histórica se emplaza frente a la Playa del Deporte, la cual merece también mayores cuidados, para realizar actividades deportivas atractivas, sanas y limpias. Solicitamos que la municipalidad realice las acciones legales para que las playas dejen de ser un espacio tomado por el comercio ambulante y un dormitorio y un servicio higiénico informal”.
La comunidad también solicitó que el muelle Vergara “sea declarado patrimonio histórico de Viña del Mar. En esta administración ha llegado a ser portada de noticias, con riñas entre agrupaciones delictuales y/o turísticas de paso, usando los espacios para actividades reñidas con la moral, decencia y buenas costumbres, que han sido publicadas tanto en redes sociales como en la prensa nacional”.
Los vecinos denuncian lo que consideran como el abandono de la plaza Colombia. En ese sentido, sostienen en el documento que es necesario que “no se permita la instalación constante de personas pernoctando en carpas durante el año. Dichas personas realizan todas sus necesidades primarias en los escasos prados que existen”.
También piden “que se acabe con la instalación regular de comercio ambulante con permiso. La Municipalidad ha venido fomentando este comercio desde hace bastante tiempo, permitiendo durante varios días a la semana la instalación de toldos blancos con una mezcla de productos a la venta”.
Desde el Comité Defensa del Borde Costero, reiteran en la carta dirigida a la alcaldesa y a los concejales, que “creemos que los viñamarinos nos merecemos nuestra plaza Colombia protegida por rejas (como el palacio Riesco), con buenas luminarias, con cuidado de la naturaleza. No queremos que se nos sigan usurpando nuestros pocos espacios públicos, verdes e históricos”.
PURANOTICIA
