El felino pesaba 18 kilos en 2013, pero tal como lo haría un humano recuperó su figura a base de ejercicios y dieta.
La gordura excesiva no es nada bueno, incluso en los animales. Y esto quedó refrendado en el sorprendente estado de salud de "Skinny", un gato obeso que llegó a pesar 18 kilos.
No obstante, la veterinario Brittney Barton lo adoptó en 2013 y lo llevó al Hospital Veterinario HEAL, donde trabaja. En el recinto ha logrado convertirse en toda una estrella al bajar nada menos que 10 kilos.
Y para lograrlo, ocupó una "técnica humana", que no es más que una dieta especial y ejercicio, que consiste en caminar durante todo el día por la clínica veterinaria entre semana, pues los fines de semana reside en casa de la doctora Barton quien se mantiene atenta a los hábitos del felino.
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AGENCIA UNO.