Dan Walker, un chico de 20 años, se encontraba de compras cuando de pronto algo horroroso ocurrió.
Sus pantalones estallaron en llamas, debido a que la batería de su cigarro electrónico explotó en su bolsillo.
Rápidamente trató de bajarse los pantalones y se vio obligado a rodar por el suelo, tratando desesperadamente de apagar el fuego.
Luego debió ser trasladado de urgencia a la unidad de quemados del Hospital Queen Elizabeth en Birmingham, Reino Unido, donde fue internado por haber sufrido quemaduras de segundo y tercer grado.
Sus quemaduras fueron tan graves que de no haber sido porque se quitó los pantalones con rapidez, hubiesen tenido que amputar su pierna. Dan no quiere ni imaginar lo que hubiese pasado si su cigarrillo electrónico hubiese estado cerca de su rostro.
"El dolor que sentía era algo que estaba fuera de este mundo", explicó el joven.
Dan quien quiere que todas las personas que usan cigarros electrónicos tengan cuidado ya que al ser artefactos tecnológicos no están exentos de tener fallas y defectos.