La serie trae de regreso a la pantalla al asesino serial Ghostface en clave adolescente, en un universo de podcast, redes sociales y transmisiones streaming.
Esta semana se estrenó en Netflix el primer episodio de la segunda temporada de Scream, la serie basada en el clásico del terror adolescente que dirigió el desaparecido Wes Craven.
Craven, uno de los más importantes realizadores del género de terror, falleció a fines de agosto de 2015 víctima de un cáncer. Además de las cuatro entregas de Screem entre sus trabajos destacan clásicos de culto como The Hills Have Eyes (Las colinas tienen ojos) y Pesadilla, la saga que hizo de Freddy Krueger un ícono de la cultura pop.
Krueger, mítico villano del cine de terror, está presente en esta serie que, al igual que la saga en la gran pantalla, homenajea constantemente a las cintas de suspenso.
La producción, ambientada tres meses después de los acontecimientos de la primera temporada, se emite semanalmente en Estados Unidos por las pantallas de MTV y en Chile será posible ver un nuevo episodio cada martes por la plataforma de streaming bajo subscripción.
Scream trae al asesino serial Ghostface a la actualidad y lo instala entre adolescentes que no se despegan de su celular, que escuchan podcast y que tienen la opción de ver transmisiones por Internet de sus crímenes.
El estreno de temporada tiene otra importante referencia al género, al aludir en su título a la popular Sé lo que hicieron el verano pasado (I Know What You Did Last Summer), cinta en la que colaboró el escritor de la saga de películas de Scream, Kevin Williamson, quien por cierto es responsable de la icónica serie adolescente de los noventas Dawson's Creek.
AGENCIA UNO