En la actualidad la sociedad ha establecido un modelo de vida “perfecto” al cual, la mayoría de las personas, quiere llegar.
En la actualidad la sociedad ha establecido un modelo de vida "perfecto" al cual, la mayoría de las personas, quiere llegar.
Tener una familia, una casa, un buen trabajo. Sin embargo, esto nos impide ver la vida con otros ojos, observando nuestros objetivos como nuestras metas vitales. Pero, no podemos cuestionar que lo de la vivienda sí que es deseable. ¿Quién no quiere tener una casa?
Debemos admitir que la vida sin un lugar en donde refugiarnos nos provoca miedo e inseguridad, pero esto nos ocurre ya que no estamos acostumbrados a este tipo de vida, y de hecho, es por eso que nos desagrada.
Pero, ¿te imaginas vivir sin tener que pagar alquiler o la hipoteca? ¿Lo crees posible?
Leoni Müller es una chica que no tiene casa, ni propiedad, ni alquiler. Ella simplemente no la necesita y tampoco la quiere.
"No tengo casa por decisión propia", asegura.
A diferencia de otras personas, que debido a problemas económicos se han visto obligados a quedar sin hogar, ella decidió ahorrar ese dinero y dedicarse a viajar y dormir donde pueda.
Todo comenzó en mayo de 2015, cuando se produjo una discusión entre ella y el casero de su piso en Tübingen, Alemania, donde actualmente estudia. Ahora ella se dedica a viajar en tren, en donde generalmente duerme y realiza sus trabajos universitarios. Regularmente viaja a Tübingen, para poder resolver asuntos académicos.
La intención esta joven chica es compartir su experiencia, pero también se ha propuesto demostrar este otro estilo de vida, que debido a los estándares establecidos en la sociedad está lleno de prejuicios.
Para Leoni el hecho de vivir en trenes es como estar de vacaciones constantes, ya que si no está durmiendo está estudiando, y si no, está conociendo a gente. Además de lo divertido que puede sonar este sistema, también es ahorrativo. Esta chica asegura que ha estado ahorrando mucho dinero desde que no paga su alquiler mensual.
Por otro lado, reconoce que lo que más le costó fue haber tenido que ocupar baños públicos, incluso para ducharse. Pero ella misma dice que es algo a lo cual ya se acostumbró, y que merece la pena debido a la gran libertad que gana.
"Quiero inspirar a la gente a que cuestione sus hábitos y las cosas que consideran normales. Siempre hay más oportunidades de las que uno cree. La próxima aventura está a la vuelta de la esquina, si es que la quieres encontrar", cuenta.