La pequeña tenía hidrocefalia, enfermedad que afecta a los niños en la que se acumula líquido en el cráneo y con eso se produce la hinchazón del cerebro.
Sarah Conque está titulada de terapeuta infantil y con 28 años siguió su vocación y se fue a Haití para cumplirlo, sin saber cuál era el futuro que le esperaba.
Ella llegó al país centroamericano en 2013 para trabajar en el Centro Médico de Niños "Danita" y un año después una madre llegó con su hija.
La pequeña tenía hidrocefalia, enfermedad que afecta a los niños en la que se acumula líquido en el cráneo y con eso se produce la hinchazón del cerebro.
En ese país todavía hay personas que creen que los discapacitados son productos del mal y los esconden de la gente, como esta madre lo hacía con esta pequeña de nombre Nika, que estaba desnutrida y en mal estado de salud.
Días después Sarah fue a visitarlas y se encontró con la bebé en el suelo, al lado de la basura y pesaba a penas 2,7 kilos. Su estado era crítico y Conque convenció a la madre biológica para cuidar a su hija en el centro.
Los doctores no le daban más de un año de vida y el 99% de los niños que vienen con la misma condición mueren antes de su primer año.
Pero la salud de Nika empezó a mejorar y luego de dos años de recuperación y diversas cirugías. La circunferencia de su cabeza ha disminuido casi 5 centímetros y también perdió más de 2 kilogramos de fluido.
Ahora lleva una vida sana junto a Sarah y su novio Stephen viviendo en Louisiana, Estados Unidos.