Irene Robinson es una madre de 3 niños que partió sola a un viaje de 80.000 kilómetros.
Dio la vuelta al mundo en 50 días para convertirse en la primera persona en tocar la gaita en los siete continentes.
Irene comenzó su maratón musical en los Estados Unidos, tocó en una sala de conciertos vacía en Nueva York y en una celda de la prisión de Alcatraz en San Francisco.
El segundo destino fue América del Sur, donde tocó la gaita a los pies de la famosa estatua del Cristo Redentor en Río de Janeiro, Brasil.
A continuación fue a la Antártida, donde los pingüinos y las temperaturas de -10ºC fueron abrazados por la melodía de la gaita.
Luego se dirigió a Auckland, Nueva Zelanda, donde tocó en los cielos, en la azotea de una torre de 192 metros con vista la playa de Bondi en Sydney.
En el municipio de Soweto, Sudáfrica, la gaita vibró frente a los niños que nunca antes habían oído o visto un instrumento de tales características.
Irene terminó su viaje en Moscú, donde cantó a multitudes fuera del Kremlin en la Plaza Roja.
"Cuando tocaba en la Antártica traté de no pensar demasiado en el frío. Es un lugar hermoso. Estaba completamente en silencio hasta que empecé a tocar. Aparte de las tuberías de mi gaita todo lo que podía oír era el sonido de los icebergs en el fondo, nunca había experimentado nada de eso."
"Cada lugar en el que he tocado ha sido para destacar, pero también, todas las personas que he conocido han sido fantásticas. Sólo quiero mostrar a la gente que puede hacer lo que quiera si tiene una actitud positiva y fija su corazón en lo que quiere."
Irene tocó las mismas tres canciones en cada lugar: "Scotland the Brave", canción popular tradicional "The Rowan" y el Himno del Cuerpo de Marina.
En total recaudó 5,000 libras para tres organizaciones benéficas durante el viaje. Sin embargo, el Libro Guinness de los Récords advirtió que su viaje no será reconocido como un récord.