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Las abuelas: La clave para la evolución de la humanidad

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Según la antropóloga estadounidense Kristen Hawkes su aporte fue la base para periodos adultos de vida más largos, el aumento del tamaño del cerebro, la empatía, la cooperación y los vínculos de pareja.

Las abuelas: La clave para la evolución de la humanidad
Martes 8 de septiembre de 2015 10:25
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La antropóloga de la Universidad de Utah, en Estados Unidos, Kristen Hawkes, ha empleado simulaciones por ordenador para determinar que el papel de las abuelas "fue crucial para el desarrollo de los vínculos de pareja en los humanos".

En su estudio, publicado en "PNAS", la autora indica que los vínculos de pareja son universales en las sociedades humanas y distinguen al ser humano de sus parientes vivos más cercanos.

"Nuestra hipótesis es que los vínculos de pareja humanos evolucionaron con el aumento de las ventajas de proteger al compañero, los cuales resultaron de la evolución de nuestra historia de vida de la abuela".

Esta conclusión contradice la visión tradicional de que los vínculos de pareja "resultaron de cazadores machos que alimentan a las hembras y sus crías a cambio de la paternidad de de esos retoños, de forma que los machos tienen descendientes y transmiten sus genes", dice Hawkes.

La hipótesis de la abuela sostiene que la clave de por qué las madres pueden tener bebés pronto no se debe a que el padre lleve a casa alimento, sino a que la abuela ayuda a alimentar a los niños destetados. "Eso favoreció el aumento de la longevidad a medida que las abuelas de larga vida ayudaban más", ha apuntado.

El nuevo estudio se centra en el exceso resultante de varones de más edad que compiten por compañeras, una fuente probable de la preferencia de los hombres por las mujeres jóvenes. "Esto es diferente a lo que se ve en los chimpancés, donde los machos prefieren las hembras mayores", dice Hawkes.

Como la longevidad humana aumentó, hubo "muchos machos más viejos, por lo que existía un mayor número de varones compitiendo por la paternidad y la única forma en que pueden convertirse en padres es con una hembra fértil, lo que significa mujeres más jóvenes. Así que los hombres que tenían preferencia por mujeres más jóvenes tenían más probabilidades de dejar descendientes", explica.

Hawkes, publicó por primera vez la hipótesis de la abuela en estudios en 1997-1998, con base en las observaciones iniciadas en 1984 en personas del pueblo Hazda de Tanzania, que viven de la caza y la recolección de alimentos como nuestros antepasados. Los científicos señalaron la importancia de las mujeres de más edad Hazda a la hora de recolectar tubérculos para alimentar a los jóvenes que no eran lo suficientemente fuertes como para desenterrar tubérculos ellos mismos.

Las chimpancés hembras rara vez viven más allá de los años fértiles, por lo general hasta los 30 años y, a veces hasta los 40. Las mujeres humanas, a menudo, viven décadas más allá de sus años fértiles y esta longevidad puede haber comenzado con nuestros primeros parientes 'Homo', hace 2 millones de años.

La hipótesis de la abuela dice que antes de esa fecha, pocas mujeres vivían más allá de sus años fértiles pero que entornos cambiantes llevaron a la utilización de los alimentos como tubérculos enterrados que los niños destetados no podían desenterrar por sí mismos, de modo que las mujeres mayores ayudaron a esos niños a alimentarse, permitiendo a sus hijas tener los siguientes bebés antes.

Al posibilitar que sus hijas tuvieran más niños, los genes de la longevidad de las abuelas se hicieron cada vez más comunes en la población y la esperanza de vida humana aumentó.

El vínculo de pareja incluye, pero no requiere, una relación exclusiva (los polígamos pueden tener múltiples vínculos de pareja) pero sí significa "una relación especial y persistente entre un varón y una hembra". "Incluso, cuando dos personas están juntas durante un par de meses, se trata de un vínculo de pareja. La cópula sola no cuenta. En los seres humanos, hay sin duda un peso emocional en las relaciones sociales para los vínculos de pareja", explica Hawkes.

Los chimpancés, por el contrario, no tienen, relaciones de emparejamiento especiales persistentes entre un macho y una hembra en particular. Un chimpancé femenino puede emparejarse con múltiples machos. Especies desde la mosca del estiércol a primates cuidan a sus compañeros para asegurarse de que otros no se aparean con ellos.

El aumento de la ratio hombre-mujer influyó en las parejas

A medida que la esperanza de vida de los humanos se hizo más larga, la fertilidad de la mujer continuó para terminar en alrededor de los 45 años, mientras que los hombres de edad avanzada se mantuvieron fértiles. El nuevo estudio indica que la proporción de hombres fértiles frente a mujeres fértiles aumentó con el tiempo, lo que, según Hawkes, "favoreció que los hombres cuidaran a una hembra y desarrollaran un vínculo de pareja con ella".

Para este nuevo análisis, los investigadores realizaron simulaciones por ordenador de la evolución humana, 30 simulaciones con las abuelas y 30 sin ellas. Las simulaciones mostraron cómo la proporción de sexos entre hombres y mujeres cambió con el tiempo para convertirse en cada vez más dominada por los hombres, a diferencia de las poblaciones de grandes simios no humanos reales, que tienen más hembras fértiles que machos fértiles.

Por ejemplo, la proporción de hombres y mujeres en edades fértiles pasó de 77 hombres por cada 100 mujeres sin las abuelas a 156 hombres por cada 100 mujeres con las abuelas en 30.000 a 300.000 años simulados. A diferencia de los seres humanos, la mayoría de las especies de mamíferos tienen hembras más fértiles que machos fértiles.

"Este sesgo masculino en la proporción de sexos en las edades de apareamiento hace de la protección de la pareja la mejor estrategia para los hombres que tratan de buscar una pareja adicional, porque hay demasiados hombres en la competencia. Cuantos más hombres hay, más disminuye su promedio de éxito reproductivo", dice Hawkes.

Los investigadores también mostraron que las relaciones sexuales entre hombres y mujeres en las simulaciones están estrechamente vinculadas con las de poblaciones que viven, específicamente, los chimpancés, que carecen de abuelas y que son los únicos otros grandes simios con buenos datos demográficos, y cuatro sociedades de cazadores-recolectores humanos en África y Sudamérica.

El estudio cita investigaciones anteriores de animales vivos -desde mosca del estiércol a mamíferos-- y simulaciones por ordenador para mostrar que cuando la proporción de machos y mujeres fértiles es alta, el cuidado de la compañera es más probable.

"Cuidar al compañero y el vínculo de pareja no son necesariamente lo mismo, pero tienen en común el término medio entre prestar atención a la pareja actual y buscar otra", afirma Hawkes. También hay investigaciones anteriores que muestran que, al igual que el cuidado de la compañera, "los vínculos de pareja humanos tienen la característica de reivindicar la propiedad masculina de las mujeres".

El alargamiento de la esperanza de vida de los adultos a través de las abuelas implica una evolución en el tiempo prehistórico; el incremento de la esperanza de vida media en los últimos siglos en gran parte atribuido a enormes reducciones en la mortalidad infantil debido al agua potable, los sistemas de alcantarillado y otras medidas de salud pública.

Muchos antropólogos sostienen que el aumento del tamaño del cerebro en nuestros antepasados fue el principal factor en el desarrollo de la esperanza de vida de los seres humanos diferente de la de los simios. Pero el estudio de 2012 de Hawkes ignoró el tamaño del cerebro, la caza y los vínculos de pareja y demostró que incluso un efecto débil de la abuela llevó a la longevidad humana.

De hecho, ella cree que el cambio hacia las abuelas fue la base para varios pasos importantes en la evolución humana, incluyendo periodos adultos de vida más largos, el aumento del tamaño del cerebro, la empatía, la cooperación y los vínculos de pareja.

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Pn/gm
AGENCIA UNO

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