Pesaba 159 kilos.
Amber había tenido que comprar dos billetes de avión cada vez que iba de vacaciones. Pero finalmente llegó a un punto de quiebre cuando un desconocido pensó que estaba embarazada.
Pesaba 159 kilos.
"Me mortificaba viajar y en vez de ver con entusiasmo las vacaciones siempre las tempia porque subirme al avión era demasiado humillante. Sentía que todo el mundo me iba a mirar, e incluso cuando llegaba a esos hermosos destinos tenía que cubrir mi cuerpo porque me avergonzaba demasiado".
En negación respecto a su peso, Amber (que mide 1.80 mts), se pasaba el día comiendo golosinas y pedía comida al menos tres veces a la semana.
Siempre había luchado con su peso, y aunque ejercitaba regularmente cuando estaba en la escuela, era una "comilona secreta". Además, nunca recibió muchos comentarios negativos, por lo que no notó su problema.
"Luego de ir a una escuela de solo mujeres, nunca había tenido que pensar en verme bien para los chicos y tenía muy buenas amigas que nunca mencionaron mi peso", dice Amber.
Un día mientras miraba Fabebook, se encontró con una foto suya que había sido publicada por una amiga. Mortificada, vio la foto en la que estaba eligiendo comida de un buffet, y la realidad la golpeó con fuerza.
Aunque encontró la imagen difícil de mirar, la inspiró a hacer algo respecto a su peso y rápidamente comenzó a hacer dieta pero se sintió humillada nuevamente cuando un desconocido comentó su peso.
"No podía creer que era yo la de la foto", contó. "Sabía que estaba gorda pero esta mujer lucía enorme. Después de eso, bajé unos 6 kilos rápidamente pero me sentí humillada otra vez cuando un extraño se me acercó en una noche de fiesta y me preguntó cuántos meses de embarazo tenía. Desde entonces no he mirado atrás, cambié a comidas bajas en calorías y empecé a hacer ejercicio suave".
Se convirtió en fanática del gimnasio y logró bajar 82 kilos, sobrepasando absolutamente su objetivo de baja de peso.
Pero con tamaña pérdida de peso quedó con unos 3 kilos de exceso de piel en su cintura. Afortunadammente, había estado ahorrando y logró pagar por una cirugía para remover esa piel, con lo que completó su transformación.
Hoy, Amber pesa 76 kilos y luce como una persona completamente diferente. Espera lograr inspirar a otros con su historia, motivarlos a nunca rendirde en el cuidado de su salud.
"Comparto mi historia para hacer saber a otros que su yo pude hacerlo, cualquiera puede. No es un viaje fácil, cuando has tenido una mala dieta por tanto tiempo se convierte en la norma y es difícil alejarse de esos malos hábitos. Cuando pesaba 159 kilos nunca pensé que podría perder tanto pero estoy muy orgullosa de mí misma ahora. No puedo esperar a subirme a un avión este verano y no sentir vergüenza cuando salga en mi bikini".