Todo se puede comer, explicó la nutricionista Mónica Araya. Pero lo fundamental es estar consciente de qué se está consumiendo.
visitas
Primero una empanada con un vaso de chicha. Después, a medida que avanza la tarde y el carbón despierta, un choripán con pebre y unas latas de cerveza, para luego disfrutar de sabrosos pedazos de carne acompañados por unas copas de vino.
Ese sería una dieta normal durante estas Fiestas Patrias. Sin cargo de conciencia se disfruta de lo que la jornada provea, sin darle vueltas a que en dos o tres días se pueden aumentar cinco kilos. "Todos los alimentos están muy relacionados con la cultura, con las tradiciones. Y también con la oferta, de modo que a mayor disponibilidad aumenta la ingesta excesiva que puede terminar en una intoxicación", explicó Mónica Araya, directora de Nutrición y Dietética de la Universidad Autónoma de Chile en Santiago.
Desayuno ligero y el gran dilema del almuerzo
La nutricionista contó sobre el importante rol que juega la primera comida de la jornada para ayudar a mantener el peso corporal, mejorar el rendimiento mental y físico, la concentración y la productividad. "El día de un asado debiera comenzar con un desayuno liviano, con fruta y jugos naturales. Después no se sugiere ingerir nada hasta la hora de almuerzo", recomendó.
En la tarde comienza el desfile de comidas de todo tipo, con los tragos apropiados para acompañar y hacer la espera. Un asado normal trae consigo dos mil calorías.
"Si comemos una empanada, después un choripán, carne y bebestibles, aumentamos el consumo de calorías; si por la tarde repetimos lo mismo, entonces estamos fuera del rango razonable", sostuvo la académica.
En el caso del choripán, éste equivale al 18% de las calorías en un asado. Es decir, son siete copas de vino. Araya subrayó que este tipo de alimento "debe consumirse al almuerzo y nunca por la noche".
Si aún así va a seguir comiendo, "es preferible seguir hacerlo en menor cantidad o mejor aún reemplazarla por ensaladas verdes crudas y no cocidas", agregó la nutricionista.
¿Y qué pasa con el postre? Araya resaltó que* un mote con huesillo tiene 150 calorías, más de las 130 que tiene una copa de vino* y la mitad de lo que trae una empanada. "El huesillo tiene una alta concentración de azúcar y el mote es un cereal, de modo que la cantidad de calorías en una sola porción ya es alta", advirtió.
"Uno sabe que va a comer de más estos días; mucho más que lo habitual. Entonces lo lógico sería subir hasta dos kilos (pero no más)", afirmó.
La especialista recomienda sacar el pañuelo y zapatear harto. "El baile es una excelente manera de mantenerse en forma, recuperar el peso normal y favorecer una actitud positiva hacia la vida en general", sostuvo.
Araya sugiere que si el almuerzo se alargó y termina a las 15:00 o a las 17:00 horas, lo mejor es dejar de lado la once y cenar algo ligero.
Cuando se acaben las celebraciones, y con el aumento de peso convertido en una realidad, lo mejor es seguir en los días posteriores con una dieta desintoxicante, con mucho líquido, fibra, fruta y lácteos.
Pn/ci
AGENCIA UNO
