A través de un comunicado de prensa, Ezzati indicó que los laicos "tienen todo el derecho de presentar sus opiniones al Papa"
Santiago de Chile, 1 nov (EFE).- El arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati dijo hoy que todos tienen derecho a presentar sus opiniones al Papa en alusión a una carta que un grupo de personas envió al sumo pontífice defendiendo a tres sacerdotes chilenos que han expresado abiertamente sus opiniones relacionadas con el aborto y los derechos de homosexuales.
A través de un comunicado de prensa, Ezzati indicó que los laicos "tienen todo el derecho de presentar sus opiniones al Papa", frente al respaldo a los religiosos Mariano Puga, José Aldunate y Felipe Berríos
"Esa libertad naturalmente se confronta con la sabiduría del Santo Padre, el cual sabrá dar la respuesta que él estime, pero ellos son personas libres, maduras, algunas cristianas. Lo que es importante para mí es cumplir con mi deber y creo que en eso estoy", apostilló.
El pasado 21 de octubre, actores ligados a las artes y la política nacional defendieron la labor de estos tres sacerdotes cuestionados, cuyos antecedentes fueron entregados por el cardenal a la autoridad eclesiástica debido a algunos dichos en torno a temas valóricos.
Actores, abogados, exministros, cineastas y periodistas, entre otros, figuran entre las personalidades que firmaron dicha carta enviada al Vaticano.
En la misiva se destaca que "lo ocurrido no es un hecho aislado sino el síntoma de una grave crisis que vive nuestra Iglesia chilena en general, y la Iglesia de Santiago en particular".
"Consideramos necesario compartir una mirada objetiva de la situación, ofreciendo un testimonio de la vida sacerdotal de los hermanos cuestionados", añade la misiva.
Sobre la acusación, Ezzati reiteró que "no ha habido ninguna denuncia ni de mi parte ni de otras personas".
La carta surgió en rechazo al comportamiento de la Iglesia durante las últimas semanas, después de que a través de una solicitud de la Nunciatura Apostólica, Ezzati entregara antecedentes sobre las críticas de los tres sacerdotes a la postura con que la Iglesia aborda estos y otros temas relacionados con la desigualdad, los que serán analizados por la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Los prelados denunciados han cuestionado posturas de la Iglesia católica frente a la reforma educacional que promueve el Gobierno de la socialista Michelle Bachelet, así como su negativa a discutir sobre el aborto terapéutico y su rechazo al matrimonio homosexual.
Puga, un nonagenario cura que ha trabajado toda su vida entre los pobres, y Aldunate, un jesuita de 97 años, fueron también destacados defensores de los derechos humanos durante la dictadura de Augusto Pinochet.
En junio, Puga, apodado el "cura obrero", afirmó que "la Iglesia, en vez de ser la que destruía el concepto de clases, lo fortaleció: colegios para los pobres, otros para los indígenas, otros para la clase alta".
Aldunate, en tanto, se declaró a favor del matrimonio homosexual. "El homosexual tiene derecho a amar y compartir su vida con otra persona". "La Iglesia es anticuada", dijo el jesuita.
Berríos, también jesuita, creó la iniciativa "un techo para Chile", de construcción de viviendas por parte de jóvenes voluntarios para los habitantes de campamentos precarios, iniciativa que se ha extendido a varios países de la región y regresó recientemente al país tras varios años de misionero en África
El pasado 17 de octubre, bajo el lema de "Iglesia somos todos", cientos de chilenos se manifestaron frente a la Catedral de Santiago, en apoyo a estos tres sacerdotes católicos. EFE
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