Rousseff y Graça Silva se reunieron hoy en el palacio Presidencial de Planalto y, según las mismas fuentes, ambas acordaron un cronograma de salida de toda la dirección de la petrolera a lo largo del próximo mes.
Brasilia, 3 feb (EFE).- La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, aceptó hoy el pedido de renuncia de la presidenta de la estatal Petrobras, Maria das Graças Foster, en medio de los escándalos por corrupción que salpican a la compañía, informaron medios locales.
Rousseff y Graça Silva se reunieron hoy en el palacio Presidencial de Planalto y, según las mismas fuentes, ambas acordaron un cronograma de salida de toda la dirección de la petrolera a lo largo del próximo mes.
Según dijo una fuente gubernamental al portal de noticias G1, Rousseff busca un nombre respaldado por el mercado para sustituir a la actual presidenta de Petrobras, quien a finales del año pasado ya puso su cargo a disposición de la mandataria, cuando tomó más fuerza el escándalo de corrupción que afecta a la mayor empresa de Brasil.
Sin embargo, el ministro de la Secretaría de Comunicación (Secom) de la Presidencia de la República, Thomas Traumann, precisó que la salida de Graça Foster "no fue decidida".
"Lo que puedo decir es que esa cuestión no fue decidida en la reunión entre ella (Rousseff) y Graça Foster", afirmó Traumann en declaraciones recogidas por el diario O Globo.
La supuesta salida de la presidenta de Petrobras agitó el mercado y disparó hoy las acciones de la compañía, que cerraron con una escalada de más del 15 %, el mayor avance diario desde 1998.
Petrobras presentó la pasada semana los resultados financieros del tercer trimestre de 2014, pero excluyó de su balance las pérdidas causadas por desvíos en el seno de la estatal, que cuenta con 85.000 trabajadores.
No obstante, la compañía estimó que sus activos fueron sobrevalorados en 88.600 millones de reales (34.500 millones de dólares), debido al aumento del precio de 31 contratos con constructoras y proveedores entre 2004 y 2012.
La cifra, sin embargo, no incluye las pérdidas derivadas del pago de sobornos. EFE
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