"Los tiempos están cambiando", dijo Mick Jagger en La Habana.
"Sabemos que años atrás era muy difícil escuchar nuestra música aquí en Cuba, pero aquí estamos tocando para ustedes.
Definitivamente los tiempos están cambiando", dijo Mick Jagger, el vocalista líder de la mítica banda de rock The Rolling Stones, frente a cientos de miles de cubanos.
Fue la noche más rockera en la historia de La Habana y el primer evento gigante de rock en la historia de Cuba.
Se calcula que 400.000 personas estuvieron presentes en el complejo habanero conocido como la Ciudad Deportiva.
El legendario Jagger no se equivocó cuando se dirigió al público.
Durante décadas, fundamentalmente entre los años 60 y 80, el rock no era "bien recibido" en la Cuba oficial.
"Nos llamaban 'frikis' a los que escuchábamos esa música. No la pasaban por las radios y nos pasábamos grabaciones entre amigos", recuerda Ramón Silva, que ahora con 55 años pudo al fin ver un concierto de una banda internacional de rock.
Silva le dijo a BBC Mundo que por escuchar música como la de los Rolling Stones "podías ir detenido en los 70".
Fiebre por los Stones
Nada parecido a lo que se vivió este viernes en La Habana, donde en restaurantes, paradas de buses o heladerías el tema principal era el concierto de la banda británica.
A La Habana llegaron aficionados de los Rolling Stones de las 10 provincias y en el concierto también estuvieron presentes muchos turistas que llegaron de otros países.
"Qué público más chévere", dijo Jagger antes de interpretar su memorable Paint it black.
El público aplaudió todos los temas y acompañó los coros de las canciones más conocidas, como Angie, que Jagger dedicó a "los cubanos más románticos".
El concierto duró más de dos horas en un escenario de 80 metros de largo con pantallas de 40 metros de alto.
Cientos de cubanos y cubanas llevaban camisetas con la emblemática boca sacando la lengua de los Stones.
Broche a una crucial semana
En medio de las canciones, Mick Jagger contó que en la noche previa toda la banda disfrutó "arroz con frijoles" y después salió a un club llamado La casa de la música.
"Tomamos whisky, comimos, pero lo mejor de todo fue bailar rumba cubana", contó Jagger.
Las calles de La Habana cercanas a la Ciudad Deportiva fueron cerradas desde la tarde.
A la salida del concierto miles de cubanos tuvieron que realizar largas caminatas porque el transporte público no fue suficiente para tantos aficionados.
Así cerró Cuba una de las semanas más trascendentales en las últimas décadas.
Semana que comenzó con la visita del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y que cierra con un concierto de una de las bandasmás importantes en la historia del rock.