El representante de la UNODC en Bolivia, Antonino de Leo, resaltó la disminución registrada en cuatro años en la presentación del "Informe de monitoreo de cultivos de coca 2014" ante el presidente Evo Morales y el cuerpo diplomático acreditado en La Paz.
La superficie cultivada con matas de coca en Bolivia era de 20.400 hectáreas en 2014, lo que refleja una reducción de un 34 % desde 2010, destacó hoy la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
El representante de la UNODC en Bolivia, Antonino de Leo, resaltó la disminución registrada en cuatro años en la presentación del "Informe de monitoreo de cultivos de coca 2014" ante el presidente Evo Morales y el cuerpo diplomático acreditado en La Paz.
En el período 2010-2014, se redujo en un 34 % el tamaño de las plantaciones de coca en Bolivia, al pasar de 31.000 a 20.400 hectáreas, el menor volumen reportado desde 2003, cuando Naciones Unidas comenzó a elaborar sus informes sobre los cocales bolivianos.
Entre 2013 y 2014, las plantaciones se redujeron en un 11 %.
La convención antidroga de la ONU mantiene la hoja de coca en su lista de sustancias controladas, ya que esta planta contiene el alcaloide base para sintetizar su derivado ilegal, la cocaína.
La UNODC ha calculado que Bolivia produjo en 2014 un total de 33.100 toneladas métricas de hojas de coca, de las que 19.700 toneladas métricas (60 %) fueron comercializadas en los dos únicos mercados legales que existen en Bolivia para la planta.
El viceministro de Sustancias Controladas, Felipe Cáceres, reconoció en una rueda de prensa posterior a la presentación del informe que parte de ese restante 40 % que no pasa por los mercados legales se usa "lastimosamente también en la cocaína".
En Bolivia, la hoja de coca está protegida por la Constitución promulgada por Morales en 2009, porque tiene usos culturales, religiosos, industriales, medicinales y es mascada por varios sectores sociales, práctica denominada "acullicu".
Naciones Unidas ha reconocido que el "acullicu" es una práctica cultural boliviana, aunque el organismo sigue considerando a la planta un estupefaciente y mantiene vetada su exportación.
La legislación boliviana admite un máximo de 12.000 hectáreas de hojas de coca en el país para usos lícitos, pero el Ejecutivo discute un proyecto de ley, en consulta con los sectores campesinos, que podría subir ese límite hasta las 20.000 hectáreas.
Esto pese a que un estudio integral elaborado por estadísticos del Gobierno y con apoyo financiero de la Unión Europea (UE) señaló en 2013 que se necesitan 14.705 hectáreas para usos legales de la planta.
Los cocaleros aducen que ese nivel debe aumentar para ejecutar nuevos proyectos industriales legales.
En su informe, UNODC recomendó que Bolivia haga estudios sobre el rendimiento de coca en las dos zonas productoras del país (Yungas y Chapare) y el factor de conversión de la planta en cocaína.
Sobre lo último, Bolivia arguye que su legislación no permite un estudio sobre la transformación de coca en cocaína, pero la "UNODC considera importante explorar posibilidades para encontrar los mecanismos necesarios que permitan" esa investigación, dijo De Leo.
Además, la UNODC advirtió que, pese a prohibiciones explícitas, se ha detectado la existencia de 214 hectáreas de coca en seis de las llamadas "áreas protegidas", que son parques nacionales.
En su exposición, De Leo también comparó las cifras de Bolivia con las difundidas en julio pasado en Colombia y Perú.
Los tres países son los mayores productores mundiales de esta planta, con un total de 132.300 hectáreas cultivadas en 2014.
En 2014, Colombia registró 69.000 hectáreas (un 44 % más que en 2013) y Perú, 42.900 (un 14 % menos que en 2013).
Colombia representó el 52 % de la superficie mundial cultivada de hojas de coca en 2014, Perú, un 33 % y Bolivia, un 15 %.
En una alusión a Colombia, Morales comentó en su discurso que los cultivos de coca crecieron allá, donde cuentan con apoyo de funcionarios y recursos económicos de parte de Estados Unidos.
En contraste, dijo que su país comenzó a tener resultados en la lucha contra el narcotráfico desde que en 2008 fue expulsada la Agencia Antidrogas Estadounidense (DEA).
"Sigo convencido de que en algunos países (...) la lucha contra el narcotráfico se daña con intereses netamente geopolíticos", dijo el presidente, que sigue siendo dirigente de los cocaleros de Chapare.
Tras escuchar las recomendaciones de la UNODC, Morales planteó al organismo que también estudie si hay una reducción neta del número de consumidores de cocaína en el mundo, porque "si hay un problema ilegal es porque hay una demanda".
Pn/ci
EFE