Carabineros y la Municipalidad acudieron a Rogelio Ugarte con Miguel León Prado para desalojar un domicilio denunciado por tráfico de drogas, emplazado en el Barrio Matta Sur.
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Carabineros y la Municipalidad de Santiago encabezaron este martes un procedimiento de desalojo de un inmueble ocupado ilegalmente y habilitado como cité en Rogelio Ugarte con Miguel León Prado, en el Barrio Matta Sur.
La vivienda tenía denuncias asociadas al tráfico de drogas y al consumo de las mismas en sus inmediaciones. El lugar ya había sido desalojado hace un año, razón por la cual tenía uno de sus accesos fue cubierto con un muro de cemento.
El capitán Nelson Maira Vera, de la Cuarta Comisaría de Santiago, informó que el domicilio estaba ocupado por nueve ciudadanos migrantes en situación irregular, entre ellos tres niños, "todos entre nacionalidades colombianas y venezolanas". Pagaban entre $100.000 y $170.000 por cada habitación.
"Personal de la municipalidad están recabando información para ver donde se pueden ir, de qué manera ayudar con el asunto de los niños para que no sean vulnerados sus derechos", explicó, indicando que serán trasladados a la 48° Comisaría de Asuntos de la Familia.
Agregó que de momento no hay detenidos. "No tenemos ni droga ni armamento, pero hay que seguir revisando", advirtió.
El uniformado confirmó que en el barrio se han registrado tres homicidios en el último tiempo: "Tenemos ciertos delitos de connotación social de importancia. (...) Ya han sido 10 las casas intervenidas en este sector".
Finalmente, el capitán Maira puso énfasis en las conexiones eléctricas irregulares que habían al interior: "Las modificaciones que tiene el domicilio son claramente irregulares, revisten mucho riesgo, ya sea para incendios y distintos tipos de emergencia".
"No va a ser ni la primera ni la última vez de lo que hemos visto hasta ahora en Santiago, ha sido un poco recurrente el asunto de los incendios en cités. Y precisamente por esto, porque las conexiones son irregulares, porque se cuelgan del tendido eléctrico", concluyó.
El cité tenía un circuito de televigilancia, con cámaras de seguridad en el interior. Se desconoce a quién le pagaban el arriendo, mientras que el propietario se hizo presente y evitó hablar con la prensa.
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