La Cuenta Pública Presidencial se inspiró en una práctica de tradición inglesa que arribó a Chile en 1828. Sin embargo, se consigna como primer mensaje efectivo el que correspondió al presidente José Joaquín Prieto, el 1 de junio del año 1832.
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La Cuenta Pública Presidencial se inspiró en una práctica de tradición inglesa que arribó a Chile hacia 1828. Sin embargo, se consigna como primer mensaje efectivo el que correspondió al presidente José Joaquín Prieto, el 1 de junio de 1832. Luego, se consagró definitivamente en la Carta de 1833.
Esta es la base histórica, según consigna la Cámara de Diputados, que da sustento al acto republicano que celebrará este jueves 1 de junio el presidente Gabriel Boric, en lo que será su segundo mensaje hacia el país.
A diferencia de la actualidad, en los inicios de esta práctica se acostumbraba que el Congreso contestara el discurso del Presidente. Para ello, se designaba una comisión que elaboraba un “proyecto de contestación al discurso presidencial”, lo que se mantuvo hasta 1842.
Hasta 1925, la cuenta se realizó el 1 de junio, porque la fecha correspondía al comienzo del Período de Legislatura Ordinaria del Congreso Nacional, que se extendía hasta el 1 de septiembre. Sin embargo, la Carta Fundamental de ese año cambió la ceremonia para cada 21 de mayo, haciéndola coincidir con la apertura de la legislatura ordinaria en esa fecha. Por otra parte, coincidía con el día de las Glorias Navales.
El primero en entregar su discurso en tal fecha fue el presidente Emiliano Figueroa, el 21 de mayo de 1926. La tradición se mantuvo hasta 1973, empero, con algunas excepciones. Una de ellas la constituyó el presidente Carlos Ibáñez del Campo (1927-1931). Este enviaba sus discursos para que los leyera el secretario del Senado. Otro caso especial fue la cuenta del año 1960, que la suspendió el presidente Jorge Alessandri porque coincidió con el terremoto en Concepción.
En la Constitución de 1980 no se estableció una relación de la apertura de la legislatura con una fecha específica para dicha ceremonia. En tal plano, tras el retorno a la democracia, el presidente Patricio Aylwin retomó la fecha del 21 de mayo para entregar su cuenta pública presidencial.
Con el pasar de los años, varias voces estimaron conveniente volver a la fecha original de este acto republicano. Entre las motivaciones estuvo el separar ambos acontecimientos (Día de las Glorias Navales y Cuenta Pública), teniendo en cuenta su distinta significación. Por otra parte, pesó también las recurrentes movilizaciones sociales que afectaban al puerto de Valparaíso durante la celebración naval.
De tal análisis terminó por surgir una reforma constitucional que se aprobó en 2017. La propuesta, vigente hasta nuestros días, tuvo su origen en mociones de diputados. A través de ella, se cambió la fecha del discurso presidencial desde el 21 de mayo al 1 de junio.
El artículo 24 de la Constitución Política de Chile define que el Gobierno y la administración del Estado recaen en el Presidente de la República. Además, en esta norma se establece el alcance de la autoridad del Primer Mandatario. Paralelamente, es en esta disposición constitucional donde se entrega al jefe de Estado la obligación de rendir una cuenta pública.
Este evento tiene un perfil netamente republicano, que fomenta un accionar transparente desde el Gobierno hacia la ciudadanía. En este caso, esta última es representada por el Congreso Pleno, donde participan la totalidad de senadores/as y diputados/as.
En lo fundamental, este acto busca comunicar a los ciudadanos cuál es el estado administrativo y político de la nación. Junto a ello, entregar una visión sobre lo obrado por el Gobierno en el periodo y adelantar políticas, proyectos de ley y agendas que se impulsarán durante el restante tiempo del mandato presidencial.
PURANOTICIA
