El Partido Republicano -con 22 de los 50 escaños- haría valer su mayoría inscribiendo una serie de cambios al texto elaborado por los 24 expertos, lo que tendría en alerta al oficialismo.
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A las 23:59 horas de este lunes 17 de julio vence el plazo para que los partidos que conforman el Consejo Constitucional ingresen enmiendas, con el fin de modificar el anteproyecto redactado por la Comisión Experta.
El Partido Republicano -con 22 de los 50 escaños- haría valer su mayoría inscribiendo una serie de cambios al texto elaborado por los 24 expertos, lo que tendría en alerta al oficialismo.
En detalle, al menos cuatro temas serán presentados en conjunto por Republicanos y Chile Vamos, fuerzas que suman 33 miembros del órgano redactor de la nueva Carta Fundamental. Paralelamente, la UDI, RN y Evópoli apostarían con enmiendas en cinco puntos, mientras que los 17 nombres del oficialismo mostrarán un paquete en conjunto.
Una de las principales modificaciones que buscarán desde el Partido Republicano será reducir de 155 a 132 los diputados. Además, instarán por un redistritaje, con el fin de que en dos periodos parlamentarios más los 27 distritos puedan elegir entre tres y cinco escaños, y no entre tres y ocho como ahora.
En la misma línea, los representantes de la tienda de Kast apostarán por eliminar la paridad de salida 60-40, las normas sobre la iniciativa popular para derogar leyes, los foros de deliberación ciudadana, el artículo que traslada la elección parlamentaria a la segunda vuelta presidencial, e incluso las normas sobre reemplazo de la Constitución, así como elevar el quórum para reformar la Carta Magna a 2/3.
Asimismo, se baraja que los Republicanos se inclinarán por mantener la nueva normativa respecto a que cada parlamentario que renuncie a su partido perderá su puesto, pero aquello no aplicaría si es que el parlamentario es expulsado de su colectividad.
También echarían pie atrás a los cambios en el Tribunal Constitucional, considerando que la Comisión Experta lo renombró como Corte Constitucional. Además de mantener su nombre, la tienda de derecha defenderá reponer el control preventivo sustantivo y dejar al organismo integrado por 11 ministros.
Respecto a seguridad social, las enmiendas buscarán la propiedad de los fondos de pensiones, la libertad de elegir al administrador, su heredabilidad y carácter inexpropiable. En salud, se inclinarán por reintegrar la cláusula de la libertad de elección para que la cotización obligatoria sea administrada por entidades estatales y privadas.
Igualmente, los electos por el Partido Republicano abogarán porque quede consignado en la Constitución que los tratados internacionales de derechos humanos tendrán rango infraconstitucional. De forma paralela, instarán por crear dos capítulos especiales: uno para las Fuerzas Armadas y otro sobre seguridad.
Al respecto, el consejero Alejandro Köhler (PS) sostuvo que "evidentemente que con este tipo de enmiendas no es posible abrir el camino a un pacto transversal que habilite una nueva Constitución".
La delegada de la bancada CS-PC, María Pardo, indicó que "queremos que esta sea la Constitución de todas y todos, de Chile y no solamente de un sector. El anteproyecto constitucional es un acuerdo responsable y transversal para Chile, hace eco de muchas demandas sociales, como lo son la salud, la educación, la vivienda y la protección del trabajo. Republicanos y Chile Vamos le harían un gran daño al país si anteponen el interés de sus propios partidos al interés general de Chile y su gente".
"Son enmiendas arriesgadas en términos del escenario en el que estamos. Presentar estas enmiendas tan al límite, sabiendo la respuesta que provocarán, alteran el escenario de conversación y de diálogo", dijo por su parte el delegado de RD, Julio Ñanco.
"Vemos con mucha preocupación las enmiendas de la derecha, porque consideramos que son irresponsables, que no buscan acuerdos transversales, sino que intentan imponer una Constitución no para todos los chilenos y chilenas, sino que para la derecha y los empresarios", acotó Fernando Viveros (PC).
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