El joven de 17 años -sin antecedentes penales- recibió un disparo mortal en el tórax por no detenerse en un control policial de tránsito en Nanterre, un barrio a las afueras de París.
Con los ojos hinchados de llorar, Mounia M., la madre de Nahel M., habló sobre su dolor, después de que la policía disparara a su hijo a quemarropa.
El joven de 17 años -sin antecedentes penales- recibió un disparo mortal en el tórax por no detenerse en un control policial de tránsito en Nanterre, un barrio a las afueras de París.
El incidente ha provocado la ira en toda Francia.
Según las autoridades, 667 personas fueron arrestadas este jueves en las protestas por todo el país, en las que los manifestantes lanzaron objetos contra la policía y pirotecnia, incendiando automóviles y mobiliario urbano.
“Me han robado a mi bebé. Todavía era un niño y necesitaba a su madre. Esta mañana, me dio un gran beso y se despidió “mamá te amo”", dice Mounia en un video colgado en las redes sociales.
“Salimos de casa a la misma hora, él fue por un McDonalds. Yo fui a trabajar como cualquier otra persona”, indicó.
“Una hora después me llaman y me dicen que dispararon a mi hijo. ¿Qué voy a hacer? ¿Qué voy a hacer?Solo lo tenía a él. Era mi vida, mi mejor amigo. Mi hijo. Era todo para mí. Éramos muy cómplices”, afirmó rota de dolor.
“Muchas gracias porsu apoyo. Muchas gracias. Ya no se qué decir. Gracias”, agregó.
Mounia encabezó el jueves una marcha blanca en París que reclamaba justicia para su hijo.
En su primera entrevista con los medios desde el tiroteo, la madre de Nahel dijo al canal France 5: "No culpo a la policía, culpo a una persona: la que le quitó la vida a mi hijo".
Dijo que el oficial de 38 años responsable de la muerte, que fue detenido y acusado de homicidio voluntario el jueves, "vio una cara árabe, un niño pequeño, y quería quitarle la vida".
Mounia es una madre soltera de origen argelino.
Desde hace años se acumulan las denuncias de racismo sistémico en la policía francesa.
La oficina de derechos humanos de la ONU dijo el viernes que la muerte del adolescente de ascendencia norteafricana era un momento propicio “para que el país abordara seriamente los profundos problemas de racismo y la discriminación racial en la aplicación de la ley".
Nahel murió tras una discusión con la policía que intentaba detenerlo por una infracción de tránsito.