El registro que realizó el pasado 8 de agosto el FBI en la residencia del expresidente en Florida, ha abierto no solamente una batalla política -en la que el exmandatario se presenta a si mismo como víctima de una persecución- sino que además ha puesto al descubierto un caso judicial de importantes dimensiones.
Los agentes iban vestidos de paisano, no portaban armas y llevaban consigo una orden judicial, elementos que debían haber llevado a que fuera una operación discreta. Sin embargo, no fue así.
El registro que realizó el pasado 8 de agosto el FBI en Mar-a-Lago, la residencia del expresidente Donald Trump en Florida, ha abierto no solamente una batalla política -en la que el exmandatario se presenta a si mismo como víctima de una persecución- sino que además ha puesto al descubierto un caso judicial de importantes dimensiones.
Durante el registro en Mar-a-Lago, los agentes federales recolectaron más de 20 cajas que incluían más de un centenar de documentos marcados con distintos grados de clasificación: desde confidencial hastatop secret.
De acuerdo con la lista completa de lo incautado por el FBI durante el registro, que fue hecha pública este viernes por un tribunal de Florida, en la residencia de Trump se recabaron más de 10.000 documentos que por ley pertenecen al gobierno de EE.UU., así como unas 90 carpetas vacías con marcas que indicaban que contenían material clasificado o que debían ser devueltas al personal de secretaría de la Casa Blanca o a un asistente militar, según reseñó el diario británico The Guardian.
La mayor parte de estos documentos fueron hallados en el cuarto de almacenaje y otros estaban en la oficina de Trump.
El registro de Mar-a-Lago se produjo luego de meses de negociaciones entre los Archivos Nacionales de Estados Unidos, dependencia a la que por ley pertenecen todos los documentos producidos durante cada presidencia, y los abogados de Trump.
En enero de este año, Trump entregó a los Archivos Nacionales 15 cajas con documentos y otros objetos. Tras su revisión, se encontró que entre ellos había 184 documentos clasificados, 25 de los cuales contenían información marcada como "alto secreto".
Esto encendió las alarmas y derivó en una solicitud al Departamento de Justicia para que investigara el posible manejo inadecuado de archivos confidenciales, lo que luego de numerosas gestiones derivó en la orden emitida por un juez que autorizó al FBI a realizar el reciente registro en Mar-a-Lago.
Según explicó Asha Rangappa, abogada y exagente del FBI, el hallazgo de más material de este tipo en la residencia de Trump, después de que supuestamente ya hubiera entregado todo el material que estaba en su poder, coloca al exmandatario en una situación compleja.
"Él está en un gran riesgo legal. Este es un caso bastante sencillo para el Departamento de Justicia en relación con las otras cosas por las que han investigado a Trump, porque es esencialmente una cuestión de posesión no autorizada de documentos gubernamentales e información sobre defensa nacional, y la prueba es simplemente su presencia en Mar-a-Lago", explicó Rangappa a la BBC.
El miércoles, los abogados de Trump afirmaron en un documento enviado a los tribunales que el hecho de que Trump haya guardado archivos sensibles en su residencia en Florida "nunca debió haber sido causa de alarma".
Además señalaron que el registro en Mar-a-Lago había sido "sin precedentes, innecesario y carente de soporte legal".
Un elemento curioso que ha surgido recientemente en medio de esta investigación fue una fotografía contenida en un documento enviado a los tribunales por el Departamento de Justicia en la que se aprecian algunos de los materiales encontrados en Mar-a-Lago y que arrojan algunas pistas sobre este caso.
3 cosas que muestra esta imagen.
La imagen muestra una alfombra negra con patrones florales dorados encima de la cual hay una serie documentos, algunos de los cuales tienen escrito en rojo "SECRET/SCI)" y otros "TOP SECRET/SCI".
En la esquina inferior derecha se puede apreciar una caja en la que aparecen varios cuadros enmarcados del mismo tamaño, pero solo puede apreciarse el primero que muestra una portada de la revista TIME y que se corresponde con la portada de la edición de esa revista del 4 de marzo de 2019, en la que se muestran los rostros de los dirigentes del Partido Demócrata que en esa época aspiraban a competir con Trump en las elecciones de 2020.
El exmandatario es conocido por su gusto por tener portadas de TIME enmarcadas.
A la izquierda de la imagen se ve una suerte de persiana de color crema y lo que parece ser una cortina azul.
Ninguno de estos elementos, sin embargo, permite determinar a simple vista dónde se hizo la foto.
Sin embargo, el propio Trump confirmó que se trata de Mar-a-Lago, cuando este 31 de agosto se quejó en un mensaje publicado en su red social Truth Social acerca de la manera como estaban los documentos tirados sobre la alfombra.
"Terrible la forma en que el FBI, durante la redada de Mar-a-Lago, arrojó documentos al azar por el suelo (¡quizás aparentando que fui yo quien lo hizo!) y luego comenzó a tomarles fotografías para que el público los viera. ¿Pensaron que querían mantenerlos en secreto? ¡Suerte que los desclasifiqué!", escribió.
Pese a las insinuaciones del exmandatario, esta manera de desplegar y fotografiar evidencias del material recuperado es una práctica usual del FBI que permite asegurar que cada objeto es tomado en consideración y catalogado de forma correcta.
Así, aunque a primera vista parezca que los documentos están esparcidos de forma azarosa, lo usual es que sean colocados de forma que puedan ser reconocidos por sus rótulos.
Un elemento que parece confirmar esto es el hecho de que en la parte inferior y central de la foto se aprecia una especie de regla en forma de L que permite dar a los investigadores una referencia acerca de cuál es el tamaño real de los objetos fotografiados.
Otro indicador es un pequeño cartel en papel colocado junto a los documentos que dice 2A. Esto sirve para señalar donde están siendo incluidos esos elementos en el inventario que se realiza con los objetos recabados durante el registro.
Muchos de los documentos que se ven en la imagen tienen escrito en letras rojas "Secret", pero en esto hay una gran variedad de posibilidades.
Según explica The Washington Post, el gobierno dispone de distintas portadas de colores que indican el nivel de clasificación de un documento que van desde azul (confidencial) hasta naranja (alto secreto).
En la fotografía se aprecian varios documentos con rótulos que dicen "SECRET/SCI" Y "TOP SECRET/SCI".
SCI es un código que indica que la distribución de ese material está controlado y que está restringido a un subgrupo dentro de las personas que tienen autorización para ver información de ese nivel (secreto, alto secreto, etc).
Algunos de los documentos fotografiados incluyen una inscripción que dice "UP TO HCS-P/SI/TK". Esto quiere decir que incluye material que corresponde a estas categorías distintas.
HCS-P es un código que indica que la información fue obtenida a través de fuentes humanas de inteligencia. El Manual de Clasificación de la Oficina del Director Nacional de Inteligencia señala que se usa para proteger las operaciones de inteligencia humana más sensibles, la información obtenida de fuentes clandestinas y/o a través de fuentes o métodos de inteligencia humana especialmente sensibles, y ciertas capacidades o tecnologías vinculadas o que se usan como apoyo a las operaciones de inteligencia humana.
SI es un código que quiere decir Inteligencia Especial y, concretamente se refiere a la información de inteligencia obtenida a través del monitoreo de las señales de comunicaciones extranjeras.
TK, por su parte, es un código que se usa para designar a la información que es obtenida a través de satélites espías.
Al menos uno de los documentos que se ve en la fotografía tiene inscrito el código "SECRET/ORCON-USGOV-NOFORN". Eso indica que quien elaboró ese material controla su distribución (ORCON) y que este no puede ser compartido con gobiernos aliados (NOFORN).
PURANOTICIA // BBC MUNDO