El acto en el Capitolio fue una clara muestra del apoyo bipartidista que existe en Washington para Ucrania, así como para las fuertes sanciones económicas aplicadas a Rusia y al propio Putin en los últimos días.
Joe Biden lanzó la mayor advertencia de un presidente de Estados Unidos a un par de Rusia desde el fin de la Guerra Fría, al aludir a Vladimir Putin como un "dictador" y afirmar que debe pagar "un precio" por invadir Ucrania.
"Él no tiene idea de lo que viene", dijo Biden durante su discurso del Estado de la Unión ante ambas cámaras del Congreso estadounidense, después de que Rusia intensificara sus ataques sobre ciudades ucranianas.
El acto en el Capitolio fue una clara muestra del apoyo bipartidista que existe en Washington para Ucrania, así como para las fuertes sanciones económicas aplicadas a Rusia y al propio Putin en los últimos días.
Los legisladores demócratas y republicanos ovacionaron de pie al pueblo ucraniano cuando Biden les pidió esa "señal" y mencionó que la embajadora de ese país en EE.UU., Oksana Markarova, estaba presente en la sala junto a la primera dama, Jill Biden.
Sin embargo, el discurso presidencial también fue un recordatorio de los límites que la Casa Blanca ha trazado ante el conflicto armado en Europa, aún cuando EE.UU. presta asistencia militar y económica a Ucrania.
"Permítanme ser claro: nuestras fuerzas no están involucradas ni se involucrarán en un conflicto con las fuerzas rusas en Ucrania", dijo Biden.
"Nuestras fuerzas no van a Europa para luchar en Ucrania, sino para defender a nuestros aliados de la OTAN, en caso de que Putin decida seguir avanzando hacia el oeste", agregó.
Y dijo que EE.UU. y sus aliados "defenderán cada centímetro de territorio de los países de la OTAN con toda la fuerza" de su poder colectivo.
Pero, incluso al reconocer el "coraje" con que los ucranianos luchan por su país, Biden indicó que "los próximos días, semanas y meses serán duros para ellos".
En el pasado, otros presidentes de EE.UU. tuvieron sus choques con Putin por diferentes motivos.
Por ejemplo, cuando el mandatario ruso anexó Crimea en 2014, el entonces presidente Barack Obama advirtió que impondrían "costos" a Moscú.
Pero las sanciones aplicadas por aquella acción y por la guerra que Rusia inició en el Donbás, este de Ucrania, sobre negocios petroleros, financieros e individuos rusos fueron mucho más leves que las resueltas por EE.UU. y sus aliados en los últimos días.
Biden recordó que estos castigos buscan excluir a los mayores bancos de Rusia del sistema financiero internacional e impedir que el Banco Central ruso eche mano de los US$630.000 millones de reservas para estabilizar su moneda.
El valor del rublo se hundió 30% y la bolsa de valores rusa tuvo que cerrar, señaló Biden al Congreso.
También ha sido extraordinario que Biden se refiriera a Putin como un "dictador", aunque ya le había colocado esa etiqueta en 2016 cuando era vicepresidente de Obama y Rusia interfirió en las elecciones de EE.UU. que ganó Donald Trump.
No obstante, al asumir la presidencia el año pasado, Biden había buscado entenderse con Putin.