Lo llamaban así dado que pasaba la mayor parte de su tiempo escondiéndose o resguardándose en agujeros que él mismo cavaba en la tierra.
El indígena conocido como "indígena Tanaru" o "indígena del hoyo", que vivió aislado durante cerca de tres décadas en el estado brasileño de Rondonia, en la frontera con Bolivia, fue hallado muerto por la Fundación Nacional del Indígena (FUNAI) el martes pasado.
La agencia -que explicó que el hombre falleció por causas naturales- confirmó esta información durante el fin de semana.
El "indígena del hoyo" era el último sobreviviente de su comunidad, que pertenecía a una etnia desconocida.
Lo llamaban así dado que pasaba la mayor parte de su tiempo escondiéndose o resguardándose en agujeros que él mismo cavaba en la tierra.
Durante décadas, en las que su territorio fue atacado y en las que mataron a sus amigos y familiares, él se resistió a cualquier intento de contacto por parte de personas ajenas a su mundo, y puso trampas y atacó con flechas a quien fuera que se le aproximase.
La institución informó que hallaron al hombre muerto en su hamaca durante una ronda de monitoreo y vigilancia, y que no habían encontrado "rastros de la presencia de personas en el sitio, ni se vieron marcas en el bosque a lo largo del camino".