A partir de octubre, todos los hogares comenzarán a recibir descuentos en sus facturas hasta sumar 400 libras (US$473), una medida aprobada hace semanas por el primer ministro, Boris Johnson.
El directivo de EDF Energy, sin embargo, sostuvo que el próximo jefe de Gobierno, que asumirá el poder a principios de septiembre, deberá adoptar más medidas.
"Todas las ideas que puedan mantener a raya las facturas de los clientes deberían considerarse ", declaró Commaret, que detalló que su compañía ha registrado un incremento del 30% en las llamadas de clientes que tienen problemas para efectuar sus pagos.
Boicot al pago de facturas
La campaña llama al boicot a partir del 1 de octubre si el gobierno y las empresas energéticas se niegan a actuar antes.
De momento, y hasta que el gobierno adopte medidas eficaces, la organización Don't pay ( " No pagues " ) ,que se puso en marcha en junio, ha llamado al boicot al pago de las facturas de la electricidad a partir del 1 de octubre , día previsto para el aumento del precio de la energía.
Hasta el momento, más de 110.000 personas se han unido a la iniciativa a través de la web y se han comprometido a cancelar sus pagos por domiciliación bancaria.
Don´t pay afirmó que el apoyo recibido hasta ahora "demuestra la rabia y la frustración ante un sistema energético roto que debe transformarse drásticamente en beneficio de los ciudadanos ".
La organización exige una reducción de las facturas a un nivel asequible y afirma que millones de personas no podrán pagar sus facturas de energía este invierno. En su opinión, esta campaña es la única forma de obligar al gobierno y a las compañías energéticas a tomar medidas.
El grupo afirma que no emprenderá ninguna acción a menos que un millón de personas se inscriban y que está "consultando ampliamente " con expertos en derecho y en deudas personales.
Ola de huelgas
La frustración por no llegar a final de mes ha llevado a miles de trabajadores de diversos sectores a hacer huelga o considerar la posibilidad de hacerla. Los principales sindicatos reclaman un aumento salarial .
El Congreso de Sindicatos Británicos (TUC, por sus siglas en inglés) ha pedido al gobierno que actúe para aumentar el salario mínimo a 15 libras ( US$ 17,7) la hora " lo antes posible " . El salario mínimo actual para los trabajadores mayores de 23 años es de 9,50 libras (US$11,25), con tarifas más bajas para los empleados más jóvenes.
"Todos los trabajadores deberían poder permitirse un nivel de vida decente", afirmó Frances O'Grady, secretaria general del TUC. "Pero millones de trabajadores con sueldos bajos viven con un sueldo tras otro, luchando por salir adelante, y ahora se ven empujados al borde del abismo por unas facturas desorbitadas y unos precios que se disparan ".
El poderoso sector ferroviario lleva tiempo en pie de guerra contra el gobierno y las compañías de trenes. Junto a ellos se sumaron ahora los estibadores del puerto inglés de Felixstowe , donde se canaliza casi la mitad del tráfico de contenedores de Reino Unido.
Los estibadores protestan cerca de la puerta principal del puerto de Felixstowe en el inicio de una huelga de ocho días.
El descontento llega también a otros sectores como el de la justicia, el del servicio postal británico Royal Mail, telecomunicaciones, profesorado y enfermería.
Asimismo, el servicio de recogida de basura en Escocia ha cesado sus tareas y ha dejado las calles repletas de contenedores desbordados de bolsas de basura.
La huelga del servicio de recogida, que se extenderá hasta el 30 de agosto, ha dejado las calles de Edimburgo llenas de basura.
Surgen voces que definen e stas huelgas como el " verano del descontento " puesto que recuerda a las medidas de fuerza que plagaron la gestión del que fuera primer ministro laborista James Callaghan en los 70.
La céntrica plaza londinense de Leicester llena de basura en una huelga de diciembre de 1970.
En esa época, una serie de crisis económicas causaron problemas importantes al gobierno. La decisión de la OPEP en 1973-74 (y más tarde en 1979-80) de recortar la producción de petróleo para hacer subir los precios golpeó duramente a la economía británica, lo que obligó al gobierno laborista a recurrir al Fondo Monetario Internacional y recortar el gasto público .
Los sindicatos eran mucho más fuertes que hoy y mucho más cercanos al gobierno.
El hecho de que el gobierno no los persuadiera para que moderaran sus demandas salariales en un momento en que la inflación estaba realmente en aumento -pasó la mayor parte de la segunda mitad de la década de 1970 en dos dígitos- llevó a huelgas generalizadas durante el " invierno del descontento " y abrió el camino para la victoria de Margaret Thatcher en 1979 .
PURANOTICIA // BBC MUNDO