Después de meses de disputas políticas, se llegó a un acuerdo para que el nuevo gobierno neerlandés esté dirigido por un sorpresivo candidato: el exjefe del servicio de inteligencia Dick Schoof.
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Con la firma de un real decreto, el nuevo gobierno neerlandés de derecha se convirtió este martes en una realidad.
Desafiando las expectativas de los analistas, llegó al poder en el contexto del creciente descontento que está impulsando a los partidos antinmigración en todo el continente.
El alto costo de la vida, las cuestiones ambientales y la percepción de que no se gestionaba bien el sistema de asilo fueron algunas de las cuestiones clave antes de las elecciones de noviembre de 2023 en Países Bajos.
Después de meses de disputas políticas, se llegó a un acuerdo para que el nuevo gobierno neerlandés esté dirigido por un sorpresivo candidato: el exjefe del servicio de inteligencia Dick Schoof.
Fue la quinta persona a la que se acercó la ecléctica coalición para asumir como primer ministro, y uno de los pocos candidatos aceptables para los cuatro partidos.
Schoof, quien ya tenía pensado jubilarse, retrasó sus planes para reemplazar a Mark Rutte, el primer ministro de Países Bajos con más años de servicio y que ahora se mudará a Bruselas para asumir el cargo de nuevo secretario general de la OTAN.
La coalición que gobernará Schoof incluye al PVV de Geert Wilders -de extrema derecha y antinmigración- como el partido más grande.
Los otros miembros de la coalición son el VVD (centroderecha), el Movimiento Ciudadano Campesino (BBB, derecha) y el Nuevo Contrato Social (centro), nuevo en el gobierno y que prometió restaurar la confianza pública en la política.
Los partidos VVD y Nuevo Contrato Social se comprometieron a garantizar que la derecha populista de Wilders se mantenga bajo control, y este se vio obligado a suavizar las políticas más extremas de su partido para mantener a las otras tres formaciones de la coalición a bordo.
Las promesas de prohibir el Corán, cerrar las fronteras y celebrar un referéndum sobre el futuro de Países Bajos dentro de la Unión Europea (UE) quedaron congeladas, junto con las propias ambiciones de ser primer ministro de Wilders.
Sin embargo, como líder del partido más grande dentro de la coalición, todavía se espera que sea uno de los políticos más influyentes en el Parlamento.
Para el nuevo gobierno se crearon tres nuevos ministerios, para permitir que cada partido de la coalición instale a uno de sus políticos en el campo al que otorga mayor importancia.
Al BBB se le asignó el Ministerio de Vivienda, al VVD el Ministerio de Clima y Crecimiento Verde, y al PVV de Wilders el Ministerio de Inmigración.
Wilders había escogido inicialmente a Gidi Markuszower, diputado desde 2017, para ministro de Inmigración, pero esa opción fue vetada por el Parlamento después de que no pasara los controles de seguridad del servicio de inteligencia.
Anteriormente, en 2010, tuvo que retirarse como candidato del PVV al Parlamento después de que se supo que el servicio de inteligencia lo había señalado como un “riesgo para la integridad de Países Bajos”.
La segunda opción, Marjolein Faber, ha sido objeto de escrutinio por su respaldo a la teoría conspirativa racista del Gran Reemplazo, que afirma que las élites están importando inmigrantes para reemplazar a la mayoría blanca.
Por otra parte, la nueva ministra de Agricultura es Femke Wiersma, quien se hizo famosa hace más de una década en el popular reality show local "Granjero busca esposa".
Desde entonces se unió al BBB, que encabezó un levantamiento entre los agricultores indignados con el gobierno anterior y los planes de la UE de frenar sus actividades para lograr objetivos climáticos ambiciosos.
En las elecciones provinciales de 2023, el BBB sorprendió en la política neerlandesa al conseguir casi el 20% de los votos.
La UE observará con inquietud cómo responde el nuevo gobierno neerlandés a múltiples desafíos, incluida la inmigración y los conflictos en Ucrania y Gaza.
Los partidos de derecha en Francia están siguiendo este momento histórico en Países Bajos con la sensación de que el péndulo político está a punto de oscilar en su dirección, antes de la segunda vuelta de las elecciones el 7 de julio.
Wilders prometió convertir a Países Bajos en un número uno, y los neerlandeses están a punto de descubrir lo que eso significa.
(Imágenes: Getty Images, EPA)
PURANOTICIA // BBC MUNDO
