Luego de recibir mensajes asegurando que estaba “adoctrinando” a su hija, el ex chico reality decidió salir a aclarar la situación.
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La noche de este domingo, al conocerse los resultados de las elecciones presidenciales que se vivieron durante la jornada, varios rostros del espectáculo dieron sus opiniones en redes sociales del resultado, siendo la del ex chico reality Álvaro Ballero, las que captaron todas las miradas.
“Mi hija de 11 años, Milla, estaba muy molesta porque no entendía cómo alguien que no apoya la educación gratuita de calidad y las personas LGTB+ ganó las votaciones… Y nosotros casi no hablamos de política en casa”, comenzó relatando en una publicación realizada a través de las stories de su cuenta personal de Instagram.
Posteriormente, en un nuevo escrito, Ballero aseguró que sus hijos entienden lo que es la inequidad, pero “no en su esencia. Eso lo harán de grandes”.
Álvaro aseguró que ellos entienden que “a los papás les cuesta pagar el colegio, y no encuentran justo que existan niños que se priven de una buena educación por no haber nacido en una familia dinerada”, comentó el exchico reality.
“En casa siempre hemos conversado que hay familias conformadas por dos mamás o dos papás, nunca ha sido tema. Por lo mismo, no entiende que se discrimine a los gays o por cualquier condición distinta a un ser humano“, señaló.
“Así es mi Milla, una niña inteligente conectada y que empatiza, pero no es ‘adoctrinamiento’. Es solo una niña bacán que es consciente del mundo donde vive. Hasta vegana quiere ser porque no le gusta el maltrato animal. Ama reciclar. Es un ser superior”, añadió.
Posteriormente, Balleró aseguró que recibido varios mensajes de seguidores asegurando que está “adoctrinando” a su hija, por lo que decidió salir a aclarar el tema.
“Siento detallarlo, pero me cuestionaron mi publicación casi como si estaba adoctrinando a mi hija de 11 años. Yo a su edad quería ser presidente, por ende ese liderazgo y análisis crítico quizá es genético, pero yo era bien facho. Mi Milla es como yo, pero con empatía. A mí la empatía me llegó, pero como a los 35… más vale tarde que nunca”, sostuvo.
“Aún me cuesta, y mucho, ponerme en los zapatos del otro. Lo bueno es que estas nuevas generaciones lo hacen por default”, concluyó.
PURANOTICIA
