“En su propia trampa”: Organización vendía supuestos medicamentos para el cáncer y el SIDA

El programa utilizó un falso paciente para poner a prueba hasta dónde puede llegar la mentira y la desfachatez de la organización.

Martes 19 de agosto de 2014 a las 00:53 horas

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Espectáculos

En el programa de esta noche el equipo de “En su propia trampa” desenmascaró a una organización de inescrupulosos que engañaban a la gente ofreciéndoles curas milagrosas para enfermedades catastróficas.

Además, el grupo delictual ofrecía falsos sueldos millonarios a la gente que se sume  a la organización para realizar trabajos de venta y marketing.

 

Ofrecían hasta 300.000 pesos en dos horas por ventas, presentando falsos testimonios para engañar a la gente que busca trabajo honesto, aprovechándose de la necesidad de aquellas personas que pensaron que en esas reuniones habían posibilidades de mejorar si situación económica y de vida.

 

El grupo solicitaba una cantidad de dinero inicial para invertir en los productos y echar a andar el proyecto de ventas por el que “pagarían grandes cantidades”. Incluso se hacían pasar por médicos que atendían a los supuestos enfermos.

 

El programa utilizó un falso paciente para poner a prueba hasta dónde puede llegar la mentira y la desfachatez de la organización. El mismo Emilio Sutherland actuó de enfermo y tras un inverosímil diagnóstico, le pidieron más de 260.000 pesos.

 

Cuando el programa usó a un enfermo real para poner a prueba los conocimientos médicos, los estafadores le ofrecen sus medicamentos e incentivándola a dejar el tratamiento médico que lleva. Su justificación radicaba en que si los medicamentos eran publicitados y difundidos, subirían de precio y aseguraron que habían sanado a más de 30 personas del cáncer.

 

Para cerrar la emboscada a los embaucadores, Sutherland simuló su muerte y se encerró en un ataúd. En su velatorio, se hicieron presentes los estafadores y se simuló que un pariente del fallecido descubría los envases de los productos en cuestión, criticando la procedencia de los supuestos medicamentos y procediendo a encararlos por ello.

 

Finalmente, cabe señalar que los productos que ofrecían se venden en otros lados y son suplementos alimenticios. El delito consta en venderlos atribuyéndoles características sanadoras y alentar a los afectados a dejar sus tratamientos de medicina convencional.

 

 

 

pn/is