Miércoles 13 de abril de 2022 16:12
Desalinizar el agua de mar y hacerla apta para el consumo humano: los pro y los contra de una iniciativa que ya se discute en la V Región
El Gobierno de Piñera presentó esta iniciativa como uno de los ejes centrales de su política contra la sequía, sin embargo la administración Boric ha sido más cauta y, si bien, reconocen que "es una opción", aseguran que deben velar por la protección de las especies marinas.
El cambio climático a nivel mundial ha traído consigo una grave sequía para el país, afectando fuertemente a la región de Valparaíso, principalmente en materia de escasez hídrica. Frente a este problema, una de las soluciones adoptadas desde la autoridad ha sido la de suministrar agua potable a través de camiones aljibes a diversos territorios, acción que reconocen es un simple parche ante lo delicado del asunto.
Por ello, ha comenzado a cobrar fuerza la idea de implementar plantas desalinizadoras en la región de Valparaíso; esto, con el objetivo de poder disponer para el consumo humano el agua que tenemos en el océano Pacífico.
Cabe hacer presente que la capacidad de las plantas desalinizadoras con las que actualmente cuenta nuestro país asciende a 6.653 litros por segundo, implementadas principalmente para el uso en el sector de la minería y la industria.
El pasado 29 de agosto, el Gobierno del entonces presidente Sebastián Piñera presentaba su «Plan contra la Sequía», que incluía una batería de proyectos para hacerle frente a este problema que afecta a gran parte del territorio nacional, y donde la desalinización del agua de mar era uno de sus ejes centrales.
El Ejecutivo en ese entonces explicaba que la iniciativa para desalinizar el agua sería especialmente fortalecida en las regiones de Coquimbo y Valparaíso, las zonas más afectadas por la sequía. Esto, por medio de agilizar una serie de proyectos de inversión para poder implementar estas plantas que conviertan en potable el agua de mar.
Casi cinco meses después de presentar este plan, el 12 de enero del 2022, el aún presidente Piñera inauguraba en Caldera, región de Atacama, la planta desalinizadora más moderna de este tipo que se ha construido en Chile para consumo humano, garantizando de esta manera el suministro de agua potable para más de 220 mil personas de Chañaral, Copiapó, Tierra Amarilla y la propia Caldera.
El proyecto, que tuvo un costo de inversión de 250 millones de dólares, se ubica en el sector de Punta Zorro, desde donde el agua de mar es desalinizada e impulsada a través de 39 kilómetros de tubería a los puntos de abastecimiento ubicados en las comunas mencionadas. De esta manera, Atacama se convirtió en la primera región en contar con instalaciones de este tipo para el consumo humano.
Tomando en consideración que están en construcción otros tres proyectos de plantas desalinizadoras en las regiones de Tarapacá, Antofagasta y Coquimbo; y que existen tres iniciativas en proceso de calificación ambiental y cuatro en desarrollo, Puranoticia.cl quiso conocer la posición del Gobierno en la materia.
Consultado al respecto, el gobernador regional de Valparaíso, Rodrigo Mundaca, indicó que "estuve con la ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas, y con el subsecretario del Medio Ambiente, Maximiliano Proaño, y la Ministra ha señalado que la discusión en torno a las plantas de desalinización puede ser una opción".
No obstante, la autoridad regional, que antes de asumir el cargo era un reconocido dirigente medioambiental por el acceso al agua, puso el acento en que esta iniciativa puede materializarse "siempre y cuando se respeten los bienes naturales bentónicos; siempre y cuando se aminore el daño que provoca la deposición de la salmuera en el fondo marino".
Además, sostuvo que "la posibilidad de armar una política pública regional de plantas de desalinización debe tener por objetivo central hacerlo para consumo humano, pero también cuidando y cautelando los recursos bentónicos, sin que la salmuera provoque afectaciones en la zona bentónica del mar".
Si bien, la ministra Maisa Rojas no se refirió públicamente al tema de las plantas desalinizadoras –aunque sí lo conversó en privado con el gobernador– vale recordar una entrevista que dio en enero, ya como secretaria de Estado designada.
"No creamos que vamos a resolver esto poniendo una planta desalinizadora, porque lo que estamos viendo es que hay proyectos que no están bien coordinados, que no hay regulación", dijo a Las Últimas Noticias.
Casi en el mismo tono que el gobernador Mundaca, la titular del Medio Ambiente subrayó que "la planta desaladora puede ser una solución, pero también tiene impacto ecológico: la salmuera, que es el producto que queda y no es inocuo".
Y en efecto, uno de los temas más delicados de este proceso de desalinización tiene que ver con el vertimiento de salmuera al mar. Y es que el problema está en que regresa al océano una concentración muy superior de iones que habían sido extraídos previamente, lo que podría causar una serie de dificultades en los organismos.
"La salmuera puede reducir los niveles de oxígeno en el agua de mar, cerca de las plantas de desalinización, con impactos profundos en los mariscos, cangrejos y otras criaturas en el fondo marino, lo que lleva a efectos ecológicos observables en toda la cadena alimentaria", señala un estudio elaborado por el Instituto para el Agua, Medio Ambiente y Salud de la Universidad de la ONU (UNU-INWEH).
El Centro Académico Integrativo entre Ciencias y Servicios Ambientales, HUB Ambiental UPLA, creado bajo el alero de la Universidad de Playa Ancha, ha estudiado el tema, principalmente para conocer los posibles impactos que el proceso llevado a cabo por una planta desalinizadora puede provocar en el lugar donde se encuentre.
El director del centro, el doctor en Ciencias Claudio Sáez Avaria, explicó en la previa a un seminario internacional sobre cambio climático y crisis hídrica, que "los datos obtenidos han sido concluyentes, en el sentido que el impacto de la salmuera –que es lo que más preocupa desde el punto de vista de las consecuencias sobre ecosistemas marinos– son bastante reducidos en las costas chilenas".
"Y eso que la mayoría de las desaladoras que hemos evaluado han sido relativamente antiguas desde el punto de vista de la tecnología del vertido", añadió.
Por ello, el Dr. Sáez aseguró que "tenemos la convicción que mejorando logística y tecnológicamente estos proyectos, ante la eventualidad de la instalación de una desaladora en la región de Valparaíso, y si podemos contribuir a aquello, seguramente los impactos van a ser prácticamente mínimos".
En tanto, el rector de la U. de Playa Ancha, Patricio Sanhueza, comentó que "hay un conjunto de investigadores e investigadoras que trabajan estos temas: qué pasa con los bordes costeros y qué pasa con las capacidades para desalinizar el agua del mar y usarla para riego y fundamentalmente para el consumo humano. Con esto estamos cumpliendo un rol, como universidad pública y estatal, que es la vinculación con el medio, pero sobre la base de fines públicos y sociales".
Fiel a su estilo confrontacional, el gobernador regional de Valparaíso, Rodrigo Mundaca, emplazó a la industria extractiva para que se pronuncie frente al tema.
"Hoy le piden al Gobierno Regional o al Gobierno Central que invierta en plantas desalinizadoras y creo que hoy también es momento de preguntarle a la gran industria extractiva qué va a hacer en esta materia", dijo.
En ese sentido, los instó a responder "si están dispuestos, por ejemplo, a adecuar sus procesos productivos; a emplear agua salada o agua desalinizada y devolvernos el agua dulce a los ciudadanos que estamos privados de ella. Creo que esa es una discusión que también tenemos que desarrollar y abordar".
PURANOTICIA