Fue un momento único de emotividad, según comentan en la comunidad y en la comisión Organizadora de la Fiesta de San Francisco de Asís, de acuerdo a las palabras de uno de sus miembros, Adolfo Lazcano. “Fue una experiencia positiva para nosotros en cierto modo. Esta visita del santo a los sectores, se repitió este año, porque pasó a ser una parte más de la fiesta”. Además agrega que la participación de los curimoninos y sectores aledaños Tierras Blancas, El Bolsón, Bucalemu-, independiente de la religiosidad, ha sido espectacular: “Se han preparado con todo, arreglaron sus calles, veredas, han hecho altares, además de preparar cantos, pies de cueca y bailes. Las comunidades se involucran y además se unen en torno a esta celebración, salen a la calle, conversan, se saludan y todos colaboran”.
Además de la visita de la figura de San Francisco de Asís en una caravana, donde lo acompañan otros patronos de los sectores aledaños -como Santa Rosa de Viterbo, San Antonio de Padua, la Virgen de la Merced y Virgen de Fátima, entre otros- las celebraciones previas a la procesión de este lunes 4 de octubre contemplaron bailes chinos propios del Norte Chico y Zona Central, representados en hermandades o cofradías que expresan la fe a través de la música y el baile. También hubo misas a la chilena, esquinazos de cueca e incluso una Morenada, danza folclórica centenaria de ascendencia altiplánica andina.
Entre las expresiones de carácter más religioso, se realizó la misa de los trabajadores, donde estos asisten para bendecir sus herramientas, la liturgia de los animales, donde se bendice a las mascotas, además de una misa solemne, donde se presentan ofrendas especiales a San Francisco, como frutas y verduras chilenas, agua como un recurso esencial del Valle del Aconcagua, además de plantas autóctonas de la zona.
La celebración culminó la tarde de este lunes, con la tradicional procesión de los fieles, que comienza en la Iglesia de Curimón, avanza por la principal avenida de la localidad, Santiago Bueras, donde se engalana todo el camino con altares preparados por quienes viven en esa calle, para terminar en la cima del cerro isla San Francisco.
La caminata contó con la participación de cientos de fieles, escoltados por huasos a caballo, siguiendo a los patronos de la zona, que son llevados en andas hasta la cumbre del cerro, para finalizar con una ceremonia al aire libre en honor a San Francisco de Asís.