Viernes 14 de abril de 2023 19:46
Caso Tomás Bravo: Oficios de fiscal acusan "situaciones irregulares" y "posibles negligencias" de la PDI y el SML
Tomás Bravo, de tres años, fue hallado sin vida en febrero de 2021 a dos kilómetros de su domicilio en el sector de Caripilún, en la comuna de Arauco.
Distintos oficios entregados por la fiscal Macarena Cartagena apuntaron a "irregularidades" y "negligencias" en la investigación por la desaparición y muerte de Tomás Bravo, niño de tres años fue hallado sin vida en febrero de 2021 a dos kilómetros de su domicilio en el sector de Caripilún, en la comuna de Arauco, región del Biobío.
Los informes fueron entregados por Fiscalía a la Defensoría Penal Pública después de que el Juzgado de Garantía de Arauco ordenase reabrir la indagatoria a petición de la Defensoría Penal Pública, desde donde acusaron eventuales errores metodológicos.
Recordemos que la Defensoría está representando a Jorge Escobar, tío abuelo de la víctima y único imputado de la causa por el delito de abandono con resultado de muerte.
Según reveló La Tercera, Cartagena acusó en los documentos "situaciones irregulares" por parte de la Policía de Investigaciones, así como “acciones, omisiones o posibles negligencias”, por parte de la Brigada de Homicidios Concepción y otras divisiones de la policía civil.
Asimismo, la persecutora apuntó a los dos fiscales que estuvieron a cargo del caso antes de ella: Carolina Molina y José Ortiz, advirtiendo “responsabilidades compartidas en cuanto a cómo se enfrentaron los primeros pasos de esta indagatoria”.
Entre distintos puntos, la fiscal cuestionó que no se haya vigilado a Escobar: “No fue dispuesto por ninguno de los dos fiscales mencionados que estuvieron a cargo de la investigación entre la desaparición y 4 días después el hallazgo del cuerpo, lo que derechamente merece nuestro juicio crítico y tampoco fue sugerido por el personal de la Brigada de Homicidios, encargado exclusivo de la investigación desde antes que transcurrieran 24 horas desde que se conocía la desaparición del niño y hasta la aparición de su cuerpo”.
También indicó que "hubo una inexplicable reticencia a considerarlo sospechoso, en circunstancias que durante ese tiempo acotado (9 días) no apareció, ni aparece hasta la fecha ningún antecedente que lo descarte objetivamente como el responsable de lo que le aconteció al niño”.
“Seguramente la falta de liderazgo de la fiscal Molina los primeros cinco días de búsqueda y la intervención de 'muchas manos' desde la PDI, en ese mismo lapso, que proponían cursos investigativos desesperados y algo ansiosos, conspiraron para que se obtuviera un resultado investigativo definitivamente irregular”, añadió.
Sobre la formalización a Escobar por parte de Ortiz, advirtió que “fue una decisión equivocada (...) no porque el tío abuelo fuera inocente, sino porque el fiscal no tenía antecedentes suficientes”.
Advirtió que “creemos que este hecho marcó definitivamente y de forma negativa la predisposición del personal BH-PDI para con la fiscalía y los fiscales y también para con la indagatoria”.
A todo ello, sumó una intervención “inadecuada, irrespetuosa y absolutamente dañina” por parte del prefecto Inspector Juan Carlos Carrasco durante una reunión de la BH y el Laboratorio de Criminalística de Carabineros, realizada después de la incorporación a la indagatoria de este último equipo.
"Es posible afirmar que todas las actuaciones que realiza la BH, desde ese entonces y hasta que entrega el último Informe, fueron realizadas bajo la absoluta convicción de que el niño se había perdido solo y había fallecido al margen de la intervención de terceros”, manifestó, afirmando que Carrasco pidió acciones a la fiscal “siempre en pos de comprobar la teoría que se había elegido por la BH, como la única posible”.
“Dicha postura fue patente frente a diligencias que se les encargaron, las que realizaron sin el más mínimo entusiasmo, salvo aquellas que desplegaron de forma casi autónoma para poder imponer su versión de lo ocurrido, como lo hemos explicado”, complementó.
TOMA DE MUESTRAS Y SML
Entre otros errores, indicó que en el cuerpo sin vida del fallecido y en sus prendas no se registraron fluidos biológicos -como sangre y semen- en el primer informe, pero una revisión profunda a los envoltorios donde se guardaron las torulas de muestra permitieron encontrar espermatozoides.
Cartagena apuntó a que hubo seis prendas que se guardaron en una sola bolsa, por lo que se mezclaron. Junto a ello, mencionó que una pericia al respecto del Lacrim Central arrojó resultados contradictorios, pese a lo cual no se pidieron diligencias adicionales.
En esa línea, criticó que la doctora Carla Aldana, de la Brigada de Homicidios y del Servicio Médico Legal (SML), "debió de muto propio abstenerse de ejercer esta indebida doble vinculación con la investigación”.
La acusó por haber descartado un eventual delito de violación, lo que derivó en que no se tomasen muestras al respecto en el sitio del crimen. Lo definió como “muy grave, imposible para el más brillante de los peritos-médicos. Injustificable desde cualquier metodología posible y se torna peligroso si se analiza que dichos comentarios fueron escuchados por todo el personal BH que la acompañó”.
Además, apuntó a que en la autopsia hubo “dificultades y comportamientos que salen de los normal”, junto a “poca prolijidad” en las muestras de tejidos. Agregó que el almacenamiento de sangre y orina en el SML de Santiago fue mal hecho, lo que terminó con los residuos descompuestos.
Estefanía Gutiérrez, madre del niño fallecido, está analizando demandar al Estado por las falencias y así solicitar en tribunales civiles una reparación por lo ocurrido. Su abogado Pelayo Vial acusó a fines de marzo que habrían solicitado estos antecedentes en diciembre, pero que fueron negados por la propia fiscal Cartagena.
PURANOTICIA