Jueves 17 de junio de 2021 15:03
Cuánto influyeron realmente las protestas en que Colombia sea uno de los más afectados por la pandemia
El país vivía el punto más alto de la pandemia y, sin embargo, cientos de miles de personas salieron a las calles a protestar en contra del gobierno, una reforma tributaria, la violencia policial y la desigualdad, entre otras cosas.
El 28 de abril, día que se inició la ola de protestas más importante de la historia reciente de Colombia, se registraron 488 muertes por Covid-19 en el país, que era entonces la segunda cifra más alta desde que empezó la pandemia.
El país vivía el punto más alto de la pandemia y, sin embargo, cientos de miles de personas salieron a las calles a protestar en contra del gobierno, una reforma tributaria, la violencia policial y la desigualdad, entre otras cosas.
Esa tercera subida, 50 días después del inicio del estallido social, continúa. Los especialistas ahora hablan de una "meseta" o de "un pico dentro del pico", según le dijo a BBC Mundo el ministro de Salud, Fernando Ruiz.
Las cifras de muertos ya rondan los 600 al día, el porcentaje de ocupación de camas en cuidados intensivos es el más alto en pandemia (85% a nivel nacional) y la disminución de muertes entre la población vulnerable atribuible a las vacunas se interrumpió.
Colombia, que se acerca a los 100.000 muertos por el coronavirus, es hoy uno de los países con másfallecidos y contagios diarios en el mundo, después de India, Brasil y a la par de Argentina.
El lunes, el ministro Ruiz tuiteó: "Después de 45 días de aglomeraciones y un exceso de mortalidad relacionado de cerca de 5.000 decesos, los colombianos tenemos que parar del todo esta situación. El comité del paro debe entender que la situación epidemiológica no da más".
El martes, el Comité del Paro Nacional, el principal convocante de las marchas, anunció un cese temporal de las movilizaciones que algunos interpretaron como una admisión del argumento que el gobierno sostuvo desde el principio del paro: el peor pico de la pandemia —aseveraba el Ejecutivo— no es momento para protestar.
Pero Diógenes Orjuela, miembro del Comité, rechaza tal concesión: "El virus no fue considerado como una de las principales razones para cambiar de estrategia de movilizaciones. Fue la necesidad de mantener el apoyo popular ante el desgaste natural que estábamos sufriendo".
"El establecimiento —continuó el líder sindical— ha traído la argucia de los contagios para ocultar una realidad, y es que la gente, al movilizarse, tomó la decisión de vencer el miedo a la pandemia porque tienen más miedo al hambre, a la exclusión y al paquetazo de Duque".
¿Qué rol jugaron realmente las protestas en el grave momento por el que atraviesa la pandemia en Colombia?
En las marchas la gente grita, habla y canta. El uso de mascarilla es poco frecuente.
"Especulación informada"
Todas las fuentes consultadas para este reportaje —incluido Orjuela— dijeron que el paro debió tener alguna influencia en el aumento de contagios y muertes. Pero difirieron en la relevancia que pudo haber tenido.
Los expertos —incluido el ministro Ruiz— concuerdan en que es difícil saber con exactitud cuánta responsabilidad tienen las protestas en la crisis sanitaria, debido a que el estallido coincidió con varias medidas de reapertura de la actividad económica, y la llegada, comprobada por las autoridades, de al menos dos de las cuatro variantes de Covid-19 que exacerban la transmisibilidad.
"La responsabilidad de este pico tiene que ver, de acuerdo con nuestra estimación, en un 50% con las aglomeraciones (de las protestas), un 30% con las variantes y un 20% con la actividad económica", dice Ruiz.
"Pero no digo que una esté por encima de la otra, sino que interactúan, porque las aglomeraciones coincidieron con variantes que tienen la característica de generar más contagio a menos distancia; lo que estimamos es que muchos manifestantes se contagiaron ahí y llevaron el virus a sus casas donde había personas de mayor vulnerabilidad", indica el ministro.
Silvana Zapata, epidemióloga de la Universidad de Antioquia, no está de acuerdo: "Yo les doy a las protestas un 20% o 25% de responsabilidad, porque la gran diferencia de este pico con los anteriores, además de las variantes, es que las medidas que restringían la movilidad, como las cuarentenas y los toques de queda, no se aplicaron".
Según el indicador de Google basado en uso de celulares, entre el 1 de mayo y el 12 de junio los colombianos aumentaron su movilidad en comercios (22%), oficinas (7%), transporte público (6%) y residencias (5%), mientras que lo bajaron en lugares de recreación (-11%) y parques (-9%).
Andrés Vecino, experto en salud pública de la universidad de Johns Hopkins, asegura: "La única evidencia que tenemos acá es que el aumento de movilidad, con la presencia de nuevas variantes, aumenta el contagio y por ende las muertes".
"Yo no dudo que las protestas aumentaron el contagio, pero saber exactamente cuánto es un ejercicio de especulación informada que, además, debe ir más allá del análisis epidemiológico".
Aunque la comunidad médica tiene que lidiar con las UCIs colapsadas, son muchos los médicos que apoyan las protestas.
De lo epidemiológico a lo social
Tras la ola de protestas que siguió al asesinato de George Floyd en Estados Unidos se publicaron dos estudios científicos que intentaron establecer la relación entre la protesta social y el contagio de coronavirus.
Uno, publicado el 5 de agosto de 2020 por el Journal Public Health de la Universidad de Oxford, encontró una correlación entre el aumento de los contagios y las protestas en ocho de seis ciudades estudiadas debido a la violación de medidas de bioseguridad en las aglomeraciones.
El otro estudio, publicado el 10 de agosto de 2020 por un consorcio de universidades que incluye a Harvard y Northwestern, entrevistó 40.000 manifestantes en todo Estados Unidos y concluyó que las aglomeraciones al aire libre "no fueron un conductor clave" en la propagación de contagios. La proximidad en espacios cerrados, explicaron los investigadores, sigue siendo un riesgo mayor.
En Colombia, la curva de contagios y muertes durante el tercer pico muestra una pequeña baja en los primeros días de mayo y luego un incremento exponencial que coincide con los tiempos de incubación tras los primeros contactos en protestas.
"A partir de mayo la curva de casos, que venía bajando, volvió a subir", dice Rafael Unda, un ingeniero civil que se convirtió en fuente imprescindible por sus análisis de datos durante la pandemia. "Hay una correlación muy clara entre el inicio de las protestas y ese quiebre, pero que eso signifique que haya causalidad entre las dos, no sé", añade.
Durante casi toda la pandemia Duque, con su ministro de Salud, Fernando Ruiz, mantuvo un programa de televisión llamado Prevención y acción.
Sin embargo, Unda recuerda que en países como Uruguay o Argentina también se vive actualmente un pico más alto que los anteriores que se explican por las nuevas variantes y el aumento de la movilidad que los gobiernos no pueden impedir.
"La lectura no puede ser puramente epidemiológica", insiste Vecino. "Porque los costos de no reactivar la economía son pobreza, mala educación y desempleo, y los costos de no protestar son violar la Constitución".
"Y ninguna de las dos cosas es factible en este momento".
Carolina Gómez, abogada experta en salud, añade: "Es muy fácil decir 'no protesten porque miren los hospitales colapsados', pero la realidad es que detrás de la gente en las calles hay un complejo caldo social en el que la gente ya no cree útil la salud si no tienen nada más: comida, trabajo o vida social".
La consultora concluye: "La vida que vale es la vida digna, no la vida biológica. En eso se basa el derecho a la salud en la Constitución y por eso es tan difícil, por no decir inconstitucional, pedirle a la gente que no proteste".
PURANOTICIA // BBC MUNDO