Lunes 30 de noviembre de 2020 17:39

Cómo el sacrificio de millones de visones para frenar el Covid-19 desató una crisis política en Dinamarca

Un estudio de la Universidad de Aarhus en ese país estima que la confianza en el gobierno ha caído un 20% desde el pasado julio.

Un mes después de ordenar el sacrificio más de 15 millones de visones por una mutación del coronavirus, el gobierno de Dinamarca aún se enfrenta a las consecuencias de su controversial decisión.

En el país se ha instalado una crisis política desde que el gobierno admitiera que la matanza se había ordenado sin base legal, ya que la ley solo permitía sacrificar a los animales en granjas con casos detectados y aquellas cercanas, pero no a la totalidad de visones.

La polémica ya le ha costado el puesto al ministro de Agricultura, Mogens Jensen, quien renunció el pasado 18 de noviembre.

Pero la oposición también ha pedido la dimisión de la primera ministra, Mette Frederiksen, del Partido Socialdemócrata.

La prensa danesa ya le ha puesto hasta nombre a la crisis: minkgate (el escándalo de los visones).

Y un estudio de la Universidad de Aarhus en ese país estima que la confianza en el gobierno ha caído un 20% desde el pasado julio.

La polémica decisión ha minado la confianza en el gobierno, según una encuesta.

El gobierno de Frederiksen ordenó el sacrificio argumentando que una mutación del coronavirus entre visones podía infectar a humanos y poner en riesgo la eficacia de una nueva vacuna.

Dicha medida generó división de opiniones dentro de la comunidad científica. Si bien algunos entendieron el sacrificio, otros apuntaron que era pronto para determinar si la mutación suponía un riesgo real.

Dinamarca es el productor número uno del mundo de pieles de visones, y la medida ha devastado esa industria.

El jefe de la asociación de criadores de visones, Tage Pedersen, dijo que la matanza significaba la ruina para los productores de pieles daneses, un sector que emplea a unas 6.000 personas y tiene un valor de US$800 millones anuales en pieles exportadas, informó la agencia de noticias Reuters.

Petición de renuncia

"Fue un error, un error lamentable", se disculpó Frederiksen ante su Parlamento a comienzos de noviembre, después de hacerse público que el sacrificio de la totalidad de visiones no tenía base legal.

Los criadores de visones han criticado la decisión del gobierno de Frederiksen.

El gobierno trató de remediarlo acelerando la negociación de una legislación de emergencia para dar cobertura legal a la medida y prohibir la cría de visones hasta 2022, si bien las críticas no cesaron.

Días después, se produjo la dimisión del ministro de Agricultura, Mogens Jensen.

"Quiero que la primera ministra haga lo mismo. Quiero que reconozca que cuando comete un error, es su responsabilidad", dijo entonces el líder de la oposición Jakob Elleman-Jensen, del Partido Liberal.

Su postura fue apoyada por otros partidos, como el Partido Popular, y otros miembros del Parlamento demandaron una investigación para determinar si el gobierno incumplió la ley a sabiendas.

Pero ya no solo se critica la ilegalidad con la que se ordenó la matanza, también posibles negligencias sobre la forma en que se enterró a los visones sacrificados.

Impacto medioambiental

Miembros de la oposición piden ahora al Gobierno la exhumación de millones de visones enterrados en fosas masivas.

La petición se produce después de que los animales comenzaran a resurgir a la superficie debido a los gases de nitrógeno y fósforo que desprenden en su descomposición.

El nuevo ministro de Agricultura, Rasmus Prehn, dijo el pasado viernes que apoyaba la idea de exhumar a los visones e incinerarlos, pero que eso requería la aprobación de la agencia de protección medioambiental.

La matanza se convirtió en una grave crisis política.

La cadena de televisión Danish TV2 recogió declaraciones de especialistas legales que afirman que el gobierno danés realizó los entierros en masa sin evaluar el impacto medioambiental.

La ministra de Medioambiente, Lea Wermelin, habló ante el Parlamento el pasado viernes en una sesión dedicada a lidiar con la crisis de los visones.

Wermelin admitió que los entierros en masa no habían sido el mejor método y que la incineración habría sido preferible. Sin embargo, justificó que no había otra forma de gestionar urgentemente tal cantidad de animales muertos.

El portavoz de medioambiente del Partido Liberal, Thomas Danielsen, dijo que "este caso está lleno de errores e ilegalidades".

La cadena danesa DR cifra en 11 millones los visones que hasta el pasado viernes habían sido sacrificados.

Disculpas entre lágrimas

En una visita a una granja vacía de visones el pasado jueves, la primera ministra se mostró conmovida por la situación.

"Tenemos dos generaciones de granjeros de visones muy hábiles, padre e hijo, a quienes en muy poco tiempo se les hizo añicos el trabajo de su vida, y eso ha sido triste para ellos. Lo siento. Para mí también", dijo mientras se secaba las lágrimas.

Varias organizaciones han pedido la exhumación de los visones, argumentando que fueron enterrados sin la evaluación medioambiental adecuada.

El país tiene alrededor de 1.100 granjas y el gobierno sigue negociando con el resto de partidos una indemnización a los criadores de visones.

Mientras tanto, la mutación que impulsó la medida parece estar bajo control. La semana pasada, informa la agencia AFP, el gobierno danés concluyó que esa amenaza potencial se había "probablemente extinguido" ante la ausencia de nuevos casos.

PURANOTICIA // BBC MUNDO

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