Jueves 21 de noviembre de 2019 17:02
El renacer de Jorge González en Quillota: mejoró su habla y volvió a tocar la guitarra
El músico se mudó a fines de abril a la región de Valparaíso, desde donde tuvo intensas sesiones en una cámara hiperbárica, la que le ha traído evidentes mejoras.
El estallido social en nuestro país trajo consigo el recuerdo constante de Jorge González y Los Prisioneros, básicamente por el contenido de algunas de las letras de sus canciones, muchas de las cuales coinciden con el presente que vive Chile, principalmente con «El baile de los que sobran», la que tomó cobró vida nuevamente tras la marcha del millón de personas en Santiago.
Bajo este contexto, se conocieron nuevos entretelones acerca de la vida actual del artista, una de las máximas figuras del rock y la música chilena en general, quien se mudó en abril de este año a Quillota, comuna donde diariamente asiste a un tratamiento integral de rehabilitación basado en la oxigenoterapia, utilizando una moderna cámara hiperbárica, con la que le hace frente a las secuelas dejadas por un infarto isquémico cerebeloso diagnosticado el 2015.
Es en la capital de la provincia del mismo nombre donde el músico vive junto a su pareja y un gato, en un departamento inmerso dentro de un condominio. Desde este lugar sale cada viernes rumbo a la clínica Oxígeno con su guitarra, la que sorprendentemente volvió a tocar luego de cinco años, pero -para pesar de sus fanáticos- sólo ante su terapeuta y con el objetivo de ir recuperando sus capacidades motrices, las que finalmente lo alejaron de los escenarios.
Y gracias al trabajo del centro ubicado en Quillota, González ha presentado una franca mejoría, logrando desplazarse con mayor facilidad, fortaleciendo su musculatura y hablando de forma más fluida, tal como destaca su hermano, Marco, quien en conversación con La Tercera señaló que "uno va viendo paso a paso la recuperación, en la forma de hablar, la forma de caminar (...) Es un proceso metódico y pausado, en el que uno va viendo pequeñas señales de recuperación".
En esta nueva etapa de la vida del rockstar chileno tuvieron mucho que ver sus amigos, entre los cuales destaca el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, quien hizo el contacto entre el músico y Germán Osorio, uno de los fundadores de clínica Oxígeno, centro que ha recibido también a figuras de la talla de Nicolás Massú y "Crespita" Rodríguez.
"Hay harta gente que nos ayudó a hacer el link con esta ciudad. Entre ellos el alcalde Jadue y la gente de Sol y Lluvia, que nos linkearon con el alcalde. Él terminó yendo al departamento de Jorge a ofrecerle este proyecto y a su vez logró linkearlo con los hermanos Osorio, que hacen cámaras hiperbáricas y han tratado desde los '90 de meter esta ciencia a la sanación", explicó Marco González a La Tercera.
Desde el centro médico de Quillota indicaron al matutino que González "estaba prácticamente todo el día aquí en la clínica, 100% dedicado a esto y siempre acompañado por su pareja", agregando que terminó convertido en amigo de varios de los profesionales del lugar, en su mayoría admiradores de sus obras musicales.
Desde el círculo cercano del músico también indicaron que en Quillota encontró un refugio que no tenía en su departamento de la comuna de San Miguel, lugar donde nació y regresó tras el accidente sufrido. De hecho, en este departamento recibe algunos viernes a amigos como Pedropiedra o Gonzalo Yáñez, quienes también destacaron el mejor semblante que presenta el artista. "Durante algunos viernes recibía a amigos como Pedropiedra o Gonzalo Yáñez, parte de su banda de apoyo. "Desde que tuvo la enfermedad, este es el momento en que mejor veo a Jorge, está feliz y mucho más autosuficiente".
Pero todo llega a su fin: esta semana, Jorge González, el recordado líder de Los Prisioneros, se mudará nuevamente, volviendo a Santiago y dejando atrás a Quillota, la comuna que mejor lo vio desde el 2015.
PURANOTICIA