Viernes 18 de diciembre de 2020 17:29

Amaro Gómez-Pablos recordó el día que estuvo a punto de morir buceando en la Esmeralda

El comunicador contó que antes de ingresar al mar estaba tranquilo ya que no era la primera vez que buceaba y porque además iba a acompañado de un equipo de especialistas

Amaro Gómez-Pablos estuvo como invitado en el programa «Sigamos de Largo» de Canal 13 donde recordó una dramática situación que vivió cuando bucueando en la Esmeralda casi pierde su vida.

"Era bastante épico todo el cuento de poder reseñar qué hacer con la Esmeralda, porque hasta el día de hoy no hemos resuelto esa pregunta. La dejamos ahí que se vaya deteriorando con el tiempo o la rescatamos como la han rescatado otros y la convierten en un museo", comenzó relatando.

El comunicador contó que estaba tranquilo ya que no era la primera vez que buceaba y porque además iba a acompañado de un equipo de especialistas.

"Vas hundiéndote, sumergiéndote. Es sobrecogedora la experiencia, es un privilegio, pero también hay que recordar que es una tumba dolorosa, porque hay que recordar todo el griterío de esos niños que estaban en el buque escuela", agregó Amaro.

Pero de un momento a otro todo cambio. "De repente siento que escasea el aire. Yo estaba con un sistema que es casi como una juca, es como una manguera de la cual van nutriendo aire. Y voy sintiendo que escasea", prosiguió.

"En un momento ya me entrego. Me da una profunda melancolía, me da mucha pena", agrengando que "digo aquí la palmo. Aquí me voy'", contó, resignándose a perder la vida.

El periodista contó que no pidió ayuda porque "tenía un sistema de citófonos, donde yo me podía comunicar con la superficie. Pero si yo exhalaba algo más de palabras diciendo me falta oxígeno, tenía 15 o 20 segundos menos de vida", aseguró.

En ese momento se le vino a la mente sus dos hijos. "Me embarga esta pena donde me pongo a pensar en Alonso y en Julieta, mis hijos, y me da pena porque me digo que ganas de tener más vida con ellos, que ganas de poder estar más con ellos, más tiempo. Y de esa pena, porque ya no estoy ofuscado, ya estoy entregado, estoy con una paz donde siento que me viene la muerte", recordó.

"Miro para arriba y pienso qué muerte quiero: ¿aquí abajo o esa muerte desesperada de estar pataleando absurdamente, al final tratando de llegar a la superficie a sabiendas de que no llego jamás?", cerró el profesional, que finalmente puso salir con vida a la superficie.

REVISA ACÁ EL RELATO DE AMARO

PURANOTICIA

Cargar comentarios